martes, 30 de marzo de 2010

Man-za-na

Olga Román

Puestos a hablar de Sabina, el disco que hacía tiempo que no escuchaba y que nos lo cantamos enterito de Madrid a Trujillo, Nos sobran los motivos, termina con el "Y sin embargo te quiero", del Sabina más canalla, con una preciosa introducción de Olga Román.

Nunca le había puesto cara a esa preciosa voz, aunque sabía que había grabado un disco en solitario y que acompañaba a Sabina en sus conciertos. Esperemos verla pronto en Badajoz, muy cerquita de mi casa, en el coso donde espero ver torear, por primera vez, al maestro, siempre con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide.


Canciones que te acompañan

Hoy me he levantado con esta canción, que en su versión en directo, vinimos escuchando el pasado sábado en el coche, antes de parar en Trujillo. No es normal que lleve ya algo más de 4 horas con ella y que no la haya dejado olvidada en la cola del BBVA, en la cola de CajaMadrid, mientras me tomaba media con tomate y aceite o mientras praparaba y revisaba las nóminas de marzo. No es normal.

Como no fue normal que el sábado, en el metro madrileño, creo que en Diego de León, en uno de sus interminables pasillos, se me subió a la chepa una canción de los Beatles que me acompañó todo el trayecto. Esa se quedó en Madrid y ahora no recuerdo cuál era. La seguiré buscando, aunque anoche no tuve la suerte de encontrarla, de ahí que apunte la de Sabina mientras termino el 347.


Algunas veces vuelo
y otras veces
me arrastro demasiado a ras del suelo,
algunas madrugadas me desvelo
y ando como un gato en celo
patrullando la ciudad
en busca de una gatita,
a esa hora maldita
en que los bares a punto están de cerrar,
cuando el alma necesita
un cuerpo que acariciar.
Algunas veces vivo
y otras veces
la vida se me va con lo que escribo;
algunas veces busco un adjetivo
inspirado y posesivo
que te arañe el corazón;
luego arrojo mi mensaje,
se lo lleva de equipaje
una botella…, al mar de tu incomprensión.
No quiero hacerte chantaje,
sólo quiero regalarte una canción.
Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.
Algunas veces gano
y otras veces
pongo un circo y me crecen los enanos;
algunas veces doy con un gusano
en la fruta del manzano
prohibido del padre Adán;
o duermo y dejo la puerta
de mi habitación abierta
por si acaso se te ocurre regresar;
más raro fue aquel verano
que no paró de nevar.
Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Afganistán

¿Por qué le llaman "misión de paz" cuando quieren decir Guerra? En fin, ahí van unas fotos extraídas de la página The Big Photo y la música de Salvar al Soldado Ryan (Hymn to the Fallen, concretamente).

He preferido quitar algunos fotos, porque me parecían demasiado fuertes y lo mismo en youtube me borraban el vídeo, cosa que no descarto después de avisarme de que los derechos de la banda sonora pertenecen a Sony Music Entertainment. Pues sí, lo sé, pero a este paso no vamos a poder ni cantar en la ducha.


viernes, 5 de marzo de 2010

"DEAD POETS SOCIETY"

He preferido poner el título de la entrada en inglés porque le da un aire serio e interesante que no tiene su traducción en español: El Club de los Poetas Muertos (1989), y porque para eso yo escribo aquí lo que me apetece y como se me antoja.

¿Y por qué hablar a estas alturas de esta película? ¿Crisis de los cuarenta? No. Pues por las mismas razones por las que he escrito el título en inglés y también porque un amigo del Facebook lleva unos días publicando extractos de la misma con diferentes mensajes.

Cuando estrenaron este film yo estaba iniciando Económicas y la vi un día de diario con la compañía de mi buen amigo Rafa, en un cine ya desaparecido que entonces estaba dando sus últimas bocanadas: el Cine Pacense, de Badajoz.

Era la primera vez que entraba en dicho sitio, entre otras razones porque hacía poco tiempo que había cumplido los 18 años y allí, hasta hacía poco, sólo proyectaban películas clasificadas S, para adultos, aunque un buen amigo de ambos nos reconoció una vez que de adolescente más de una vez se había colado para ver alguna de estas "películas guarras", ¡pillín, Pi!.

Recuerdo que las butacas eran de madera, bastante incómodas, pero lo que no se me olvida es que salimos del cine con las pilas cargadas, impresionados por las lecciones de vida impartidas por el profesor Keating y con las palabras Carpe Diem martilleando nuestras cabezas.

Hay películas que, pese al paso del tiempo y pese a que hemos visto más de una vez, siempre que zapineando te topas con ellas, da igual el momento en el que la pilles, siempre te apetece terminar de verla y seguir disfrutando de ella. Una es El Club de los Poetas Muertos, que supongo que todos hemos visto alguna vez y que si alguien no ha podido verla le recomiendo que lo haga, seguro que le hará pensar o, por lo menos, pasará un buen rato con las "enseñanzas" de un Robin Williams quizá en su mejor trabajo (también me gustó mucho en el Indomable Will Hunting).

Como curiosidad, aparecen unos jovencísimos Dr. James Wilson (el amigo sufridor del Dr. House) y un Ethan Hawke que años después interpretaría otra película de buenos recuerdos, Antes del Amanecer.