domingo, 21 de diciembre de 2008

Personajes

"¿Y quién es este personaje?", esta es una frase que acuñó mi Manu hace tiempo para designar a aquellas personas que van por la vida pensando que son algo, intentando aparentar lo que no son y lo que seguramente nunca llegarán a ser. En cierto modo y en algunos casos, quizá los más simpáticos, podríamos decir que son la versión actual de los antiguos hidalgos que poblaban la España del siglo XVI y que literalmente se morían de hambre, aunque por su aspecto exterior aparentaban todo lo contrario, ser unos auténticos señores (o señoritos, que se eso sabemos mucho en Extremadura).

¿A qué viene este rollo? Pues estaba viendo El País y me he detenido en la noticia "Dos menús con estrellas", ilustrada con una foto del cocinero Sergi Arola, en la que mirando fíjamente a la cámara posa con un generoso plato blanco en cuyo centro podemos observar lo que ellos llaman "ración", es decir, lo que cualquier mortal entiende por "tapa" poco generosa.

Pues ahí tenemos a este personaje, representante de una generación de auténticos vendedores de humo (y de hidrógeno líquido) capaces de ofrecer una comida a base de tapas a precio de oro y de saber venderse tan bien que lo mismo participan en un reality televisivo o ejercen de embajador (?) de la candidatura de Madrid 2016.

Otros aparecen de pronto y no se pierden ninguna fiesta o sarao del famoseo más progresista-cultureta, "osease", aparecen de la mano de los Bosé, Ketama, Flores, Almodóvares, Izaguirres, etc, etc, como, por ejemplo, Pitingo.

Insufrible el disco que ha publicado en el que hace pedazos canciones clásicas, como el Yesterday de los Beatles, una versión (por llamarla de alguna manera) que perpreta y que titula, en un alarde de originalidad, "Ayer". Disco que me descargué para ver qué tal sonaba este "monstruo" de la música actual y que no tuve valor de escuchar en su totalidad. Eso sí, el personaje en cuestión viste de diseñador moderno (supongo que de David Delfín, como no, otro personaje) y gasta peinado de pelos de punta de peluquero de vena ancha.

Pero no hace falta irse tan lejos para encontrarse con estos "personajes". Seguro que cerca de donde vives habita algún "consultor" sesentón que combina pantalones de vistosos colores con un bronceado perenne todo el año, lo que vendría a ser un briatore de andar por casa, que disfruta dejándose ver por el Rincón del Gourmet de El Corte Inglés, saludando a los dependientes con una familiaridad propia del verdadero Flavio.

Eso sí, personaje, personaje, Don Álvaro de Marichalar, todo el día hermanando ciudades a lomos de su moto acuática o haciendo travesías por causas benéficas, como si los "negritos" europeos o africanos se lo fueran a agradecer. Y siempre con una cámara esperando en el puerto de destino para testificar la hazaña y un cónsul aburrido dispuesto a hacerse la foto con este enorme aventurero altruista.

¡Personajes!

Este vídeo se lo dedico a mi amigo Rafa, que me estará leyendo, gran seguidor de este intrépido aventurero.



Y unas breves palabras del admirado deportista.



lunes, 15 de diciembre de 2008

El tiempo pasa que es una barbaridad

Acabo de hacer un "kit-kat". Me he servido un descafeinado soluble (hemos sustituido las pastillas Nespresso por los sobres solubles de Hacendado) y me he dicho: "voy a parar 8 minutos 8 antes de seguir con el informe de postventa". Y eso estoy haciendo, porque se me ha pasado el día volando, haciendo esto y lo otro, y ahora me voy a tomar un polvorón de canela de La Estepeña de la cajita que nos ha traído esta mañana Angel, nuestro proveedor de material de oficina.

Ya cayó el mantecado y ahora estoy pensando que parece que fue hace unas horas cuando me estaba cortando el pelo, pero no, esto fue el viernes por la tarde, han pasado ya tres días, ¡tres días!. Esto de abrir los domingos es lo "pedor", empalmas una semana con otra y este año, por culpa de la crisis, llevamos ya dos y nos quedan tres, así que yo no sé si mi Manu lo va a soportar o no, porque, en definitiva, es ella la que atiende, yo ayudo en lo que puedo y, cuando puedo, me escaqueo un ratillo, como ayer cuando me mandaron a hacer un "mandao" a El Corte Inglés. Pues ya que estaba allí, eché el ratillo entre dvd's, cd's, libros y leyendo las instrucciones de una tableta gráfica Bamboo para el MAC, como cuando estábamos en el cuartel sirviendo a la patria y siempre que había que cumplir un orden la llevábamos a cabo por el camino más largo.

Vaya, ya se han pasado los 8 minutos, me he tomado el descafeinado y el mantecado de La Estepaña. Vuelvo a mi querida EXCEL, al informe de marras.

Pero antes, no, no voy a poner un video de Beyoncé, voy a poner uno que tenía por ahí en favoritos, de estos anuncios chulos que hacen las eléctricas o las telefónicas con bonitos mensajes gracias a las "perras" que nos quitan de la cuenta. Es del musical Annie y, como no podía ser de otro modo, se llama "Tomorrow".

martes, 9 de diciembre de 2008

Marlango

Había visto algunas películas de Leonor Waitling (en "Hable con ella" está genial, aunque se pasa gran parte de la peli inmóvil), incluso recuerdo una serie en la que destacaba su piel extra-blanca (casi transparente), pero MARLANGO fue un descubrimiento. Me dejé llevar por lo que leí en el País de las Tentaciones sobre el grupo y me fui a El Corte Inglés a comprar su recién estrenado primer CD.

Me gustó de principio a fin y me sorprendió la voz de Leonor y el estilo del grupo. Desde entonces, y por culpa de tener a mi hermana Geli como una de sus más fieles seguidoras, hemos escuchado en innumerables ocasiones sus tres cd's en STRASS, en el coche, en el iPod,..., pese a que mi Manu haya exclamado en muchas ocasiones el "no puedo con ella" refiriéndose a la Waitling. Yo prefiero a la cantante, la actriz pues como que no.

"Hold me tight", una de las que más tiempo lleva en el iPod.



"Este mundo va", con Papito Bosé, el cincuentón.



"Vete", versionando a los Amaya y superando al original.



"My favourite things", versión para la navidad del 2007 de El Corte Ingles.



Y, para mi hermana Geli, la original que tantas veces nos hizo ver cuando era pequeña.




jueves, 4 de diciembre de 2008

Foto (IV)

Han pasado 17 años, 17, que se dice pronto. Esta foto se hizo un 22 de julio de 1991 en Amsterdam, camino de Copenhague y casi no me reconozco (ni a los que están conmigo).

Primero, por los vaqueros "anchitos" que gastaba y después por lo que parece una prominente barriga cuando yo en esa época todavía mantenía la línea recta, por lo que adivino que debajo de la camiseta llevaba una moderna riñonera, pues observando a los demás me imagino que debía estar muy de moda en esos años, como las zapatillas, los tenis-deportivos que llevábamos los cinco.

Desde luego si hay una palabra que defina nuestro estilismo es: matones. Estábamos matones, pero visto diecisite años después, porque supongo que en 1991 era lo normal, lo que había en Galerías Preciados o en El Corte Inglés.

Lo que no es muy normal es el bañador que llevaba Rafa y no lo digo por el estampado, sino porque ahora me pregunto qué hacía en Holanda con traje de baño. Vale que era julio y la temperatura era suave, pero un chandita o un vaquerito quizá hubiera sido más apropiado.

Otro detalle es el de los "jerseles" anudados a la cintura. Menos mal que no les dio por anudarlos al cuello, que entonces más que un Inter-Rail hubiera parecido que habíamos ido a un congreso del PP.

El que iba bien pertrechado era Julio. No sólo llevaba riñonera, también tenía espacio para colgarse del cinturón una más que generosa funda de la cámara de fotos. No se aprecia en la foto, pero quiero recordar que también llevaba un machete, una cantimplora y unas pastillas potabilizadoras. Fuera de coña, lo que si llevaba escondido en ese cinturón de Coronel Tapioca era un puñado de marcos alemanes y no recuerdo si más divisas, por si pasaba algo (y al final pasó).

De Antonio y Mª José poco puedo añadir. Además de ir conjuntados, seguían el estilismo del grupo, aunque los vaqueros eran cortos y los calcetines largos, por encima del tobillo, casi rodilleros, no como los de ahora que apenas sobresalen de las zapatillas. Lo que sí me estoy fijando es en el gesto de Mª José, entre empujándolo y sujetándolo para que no se caiga al canal, como dudando entre si "lo tiro o me lo llevo de vuelta a Badajoz".

Lo que está claro es que en estos diecisiete años hemos experimentado notables cambios físicos y nuestras vidas también han cambiado bastante, pero pese al tiempo transcurrido todavía puedo decir que los cuatro son mis amigos, y de los buenos, de los que guardo muy buenos recuerdos de ese viaje en tren por Europa con poco dinero, mucha ilusión y mucha curiosidad por lo que nos íbamos a encontrar, porque entonces ni existía Google, ni youtube, ni los blogs, ni el euro, todo fue muy improvisado y todo resultó perfecto.

martes, 2 de diciembre de 2008

9 años callado

Tiene 63 años y los últimos 9 los ha pasado con nosotros, en nuestra casa. Es un ser peculiar, de cejas pobladas y barba larga. La cara no refleja su edad, sólo las canas le delatan, pero se conserva muy bien, con su barriguilla de siempre y su poquita mala leche de vez en cuando.

Disfruta comiendo y observando a la gente. Yo creo que mi gusto por el buen comer y el observar se lo debo a él. También me gusta su saber estar, siempre en un segundo plano, sin llamar la atención. No le gusta hablar, es de pocas palabras, me recuerda al hermano de la Pequeña Miss Sunshine o al asceta que hizo la promesa de silencio hasta que Brian cayó sobre él cuando huía de las masas (lo que daría Rouco por verse en una situación similar ahora).

Su estilo vistiendo es sobrio, siempre tonos oscuros, el negro es su color favorito, como Raphael, aunque a veces le puede la vena pija y se marca un "jersele" a rayas de llamativos colores, sin importarle el qué dirán.

Algunas veces me recuerda a mi padre, sentado, con el gesto serio, en silencio, pendiente de todos y hablando con la mirada. Cuando era pequeño, una simple mirada de mi padre bastaba para entenderle, para saber si lo que estaba haciendo era de su agrado o no.

A él le pasa lo mismo. Hace unos días, después de cenar en casa con unos amigos, estaba comentándole algo y mi amigo Piterini, que estaba observando la escena, me dijo: "parece que lo está entendiendo todo". Y tanto que me estaba entendiendo, como entiende cualquiera de mis gestos.

El domingo se sentó en el sofá, a mi lado, y mientras mi Manu y yo veíamos la serie "L", él estaba en silencio observando a las matriuskas que tenemos en el mueble del salón. Quiero recordar que estas muñequitas checas son seis, aunque ahora con el frío muchas veces están sólo las tres mayores, las más hermosas, supongo que las otras, las más menudas, se esconden dentro de las primeras buscando el calorcito.

Pues sí, ahí estaba él mirándolas, como esperando el momento en el que las matriuskas pequeñas se recogen misteriosamente dentro de las grandotas. El viernes, también a mi lado, mientras rebobinábamos el vídeo donde habíamos grabado "Callejeros", observaba sin pestañear a Julián Muñoz en Tele5, cuando, mirando a la cámara, afirmó que no había aceptado comisión alguna por conceder obras en Marbella. Ahí no pudo remediarlo y soltó una especie de quejido, como conteniéndose una sonora carcajada.

Otra cosa que tenemos en común es lo que nos gusta viajar. Le da igual la playa o la montaña, la ciudad o el pequeño pueblo, el apartamento o la casa rural, el caso es salir. Tengo una foto que le hice sin que se diera cuenta, de perfil, en la Plaza del Obradoiro, observando la fachada de la Catedral y la gente que por allí pasaba sin cesar. Además de Santiago, sé que le gustó mucho Combarro, Baiona y, en general, todas las Rías Baixas. Tambien disfrutó mucho en los Caños de Meca, en La Antilla (Huelva), en San José (Almería) y en Portugal, donde se lo pasó pipa en la inmensa playa de Comporta.

Todavía no conoce Madrid, a su edad y no ha estado en la capital, pero cualquier día se apunta a uno de nuestros viajes a IFEMA y me lo veo sentado junto a un ventanal de un Starbucks mirando a la gente pasar mientras se toma su frapuccino caramelo por la pajita verde. O tomándose un par de huevos rotos con papas fritas y jamón en el Fast Good de Juan Bravo. O disfrutando como Audrey Hepburn frente al nuevo Tiffany & Co. de Ortega y Gasset, donde, como dicen los dos, nunca te puede pasar nada malo. O desayunándose unas porras en Fuenlabrada, en casa de mis "cuñaos", de las que hacen en la churrería vecina. O saltando (siempre salta cuando ve una rendija en el suelo) a lo Jack Nicholson en Mejor Imposible, para entrar en el Metro y observar lo que lee o lo que escucha la gente en sus iPods.

Como a mi amigo A. Mata, también disfruta sentado al brasero, es más, se queda dormido al calor del mismo, como Antonio. Pero a él le gusta pasar la tarde con mi madre y hacerse compañía mútua. Me los imagino a los dos, sentados en la mesa camilla, con el braserito, el cafelito, la magdalena y escuchando a mi madre, que en los últimos tiempos ha desarrollado una capacidad de oratoria a la altura de la del Comandante Fidel.

¡Ay! Esa magdalena de la Bella Easo que le encantaba hace unos años, recién llegado a mi casa, y que tanta gracia le hacía a mi amigo Rafa cuando le contaba que también le gustaba pellizcar la parte superior de la magdalena, como le gusta hacer a él, según nos contó su hermana Rocío, antes de dejar de ser persona y entregarse a la siesta.

Pues sí, este es Yako, parte de nuestra familia, un schnauzer miniatura de nueve añitos, que la primera noche dormió dentro de mi "zapatilla de estar por casa" y ahora duerme a pata suelta sobre un mullido colchón, arropado por su mantita polar y abrazado a su osito de Ikea, de la misma edad que él, aunque ya sordo (ha ido perdiendo las orejas estos años) y manco de un brazo (una mañana amaneció sin el relleno del mismo).

Aunque ya lo había nombrado en el blog y por ahí debe haber alguna foto suya, lo menos que podía hacer es dedicarle este post por el tiempo que hemos pasado juntos, por los buenos momentos, por su compañía, por su carácter schusteriano, por habernos mordido a todos alguna vez (a Manu, a Geli, a mis tres sobrinos, a mí, a una sobrina lejana que vino de Francia,...) y por estar ahí siempre.




El viento a favor

Con la que está cayendo, si no se venden coches, si no se venden PC's, si no se vende publicidad para el periódico, si no se venden bolsos, si nadie compra nada (ni el software libre) , dicen que hasta los médicos golosones están cansados de los regalos y atenciones de los Visitadores,..., mejor continuar aguantando como sea y seguir el consejo de mi tocayo Bunbury: "si ya no puede ir peor, haz un último esfuerzo y espera que sople el viento a favor,..." y aguantaros esta temporada con la ropa que ya tenéis, aunque sea de la época de Camilo Sexto, como hace él.


Pues eso, hay que aguantar, que en enero seremos menos (si llegamos), porque si tenemos que esperar las ideas de los gurús de El Partido (Pepín Blanco, Leire Pajín, Bibiana Aído, Zerolo, Almudena Grandes,...) o la ayuda de los "Peperos" y de los "pobres" banqueros, ¡que Dios nos coja confesados!

Y hablando de confesar, como diría Trillo, ¡Viva Honduras!, diiigggo, ¡manda huevos!, la gente haciendo colas ante los contenedores de basura de los Supermercados y ante los comedores de Cáritas, y Rouco y compañía gastándose "las perras" de los contribuyentes fieles y no fieles en publicidad, con curas-modelos, para que pongamos la X en la casilla de la Iglesia.

Está claro que para algunos da igual el presente, lo importante es preparar el futuro: los bancos, publicitando Planes de Pensiones; la Iglesia, la vida eterna, aunque ahora se mueran de hambre los "negritos "de Africa y más de un "negrito" de aquí. ¿Y si se descubre que no hay nada después de la muerte? Menudo papelón, amigo Rouco, aunque, ¡que os quiten lo bailao!.

Mientras, Pepiño Blanco y Llamazares (todavía existe IU, aunque no lo parezca) preocupados por los aviones que iban a Guantánamo, como si yo no durmiera desde que me enteré de la noticia.

Bueno, voy a poner un villancico que me anime a mí y al consumo, pero no esos de guitarra, falda tobillera y coro de niños, de la "Bellonsí" y cía.








domingo, 30 de noviembre de 2008

Coisas Pequenas

Coisas pequenas são
coisas pequenas
são tudo o que eu te quero dar
e estas palavras são
coisas pequenas
que dizem que eu te quero amar.

Amar, amar, amar
só vale a pena
se tu quiseres confirmar
que um grande amor não é
coisa pequena
que nada é maior que amar.

E a hora
que te espreita
é só tua.
Decerto, nao será
só a que resta;
a hora
que esperei a vida toda,
é esta.

E a hora
que te espreita
é derradeira.
Decerto já bateu
à tua porta.
A hora
que esperaste a vida inteira,
é agora


sábado, 29 de noviembre de 2008

Las pijas feas están como amargadas.

Es una máxima: las pijas feas están como amargadas. Suelen ser rubias forzadas, a base de tinte lo intentan, pero las cejas las delatan. Tienen el ceño fruncido, como si les hubiese dado un aire, un aire al nacer o un aire al verse por primera vez en el espejo.

Son feas, como pegarle a un padre. Algunas lo intentan esconder bajo un sombrero estiloso, sombrero que en una chica normal quedaría bonito y a ellas les queda más feo que un pie, como la que ha provocado que me ponga a escribir sobre ellas.

Otras lo intentan con un maxi bolso de CH o un shopping de TOUS o llevando adosado a un cachorro de las Nuevas Generacines del PP, pero ni por esas, ya pueden tener apellido compuesto y soñar con las fotos de su boda en el HOLA!, que al final no conseguirán ni aparecer en una ilustre y rancia esquela del ABC.

Porque se puede ser feo/a y asumirlo con dignidad. ¿Qué importa cómo se sea físicamente? ¿Qué más da?

El problema de las pijas feas es que nunca lo asumirán y culpan de su eterno complejo a las chicas normales que están detrás de un mostrador e intentan atenderlas con amabilidad, como a cualquier persona, pija o no, fea o no. Ellas responden con altanería y desprecio, y muestran su colmillo retorcido.

Llaman de forma despectiva "chica" o "chiqui" para que las atiendan sin reparar si se están dirigiendo a la dependienta, a la encargada o a la propietaria del negocio, en definitiva, a una persona con nombre, apellidos y educación. Les da igual, no suelen tener más de dos dedos de frente, de ahí que el sombrero estiloso lo lleven por debajo de las cejas azabache y que su CV se reduzca a unas prácticas en un Caja de Ahorros, a un contrato de tres meses en la Diputación (donde está tito Pucho o tita Cuca) y a estar recogidas en la empresa de papá amargando la vida a los que trabajan con ella.

Carecen de personalidad y gusto, normalmente buscan la marca que han escuchado o que le han visto a otra chica y preguntan si tienes "Uno por 50" o "Uno con 50", les da igual, total, aunque tengas "Uno de 50" nunca lo van a comprar, porque al girar la etiqueta y ver el PVP se echarán atrás y dirán que "los pendientes pesan mucho" o "me lo llevaría si lo tuvieras en negro". Eso sí, a la primera oportunidad se presentará el cachorro del PP en busca de los pendientes o del colgante marrón, porque si es regalado pesa menos o da igual el color, siempre que lleven la chapita de "Uno de 50", que ellas seguirán leyendo "Uno con 50".

Como también piensan, inocentes ellas, que la camiseta o el vestido les va a quedar igual de bien que a la Eugenia Silva de la foto del display de Jordi Labanda (algunas le llaman Jordi Labordeta ¿?) y luchan por embutirse en una talla pequeña que lo único que hace es resaltar más sus imperfecciones y su tipo morcillesco (¡viva la chicas con curvas!, ¡viva Beyoncé (bellonsí)!)

Es como si yo pensara que por tomarme un nespresso o un martini con bigotino me iba a parecer a George Clooney. Pues no, yo soy un chico con curvas y de tableta, la de nestlé de por las noches.

En fin, que no hay peor cosa que ser pija y fea, bueno, sí hay algo peor: ser pija, fea y "desperrá", y yo me he desahogado bien después de un día de estar de pie detrás de un mostrador atendiendo a gente estupenda y educada y alucinando con especímenes de gesto adusto y colmillo retorcido.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

MSF


Para un privilegiado como yo es imposible comentar los sentimientos que me produce el contemplar esta fotografía que vi publicada hace unos días en El País, sentimientos que estarán a años luz de lo que sentiría si estuviese junto a estos niños y viera su situación sobre el terreno.

Así que prefiero callarme y dejar que cada uno observe con detenimiento la imagen y saque sus conclusiones.

http://www.boston.com/bigpicture/2008/11/congos_crisis_worsens.html










El Chino

A unos 50 ó 60 metros de nuestra tienda comienza una sucesión de varios comercios regentados por chinos (iba a escribir "de color amarillo" o "de origen oriental"). Me llamó la atención que hace unos días traspasaban el más cercano, uno que está centrado en la venta de ropa (iba a decir "confección").

Ya han quitado el cartel de "se traspasa" y en la puerta, el sábado, estaba un chino fumando, lo que también me sorprendió, porque es casi tan raro que estén en la puerta fumando, en lugar de estar reponiendo mercancía, como encontrar a un finado oriental tras una lápida en el cementerio.

Me imagino que la crisis también ha hecho mella en el sector "del chino" y de ahí la razón del traspaso, aunque lo que a un occidental en estos momentos resultaría imposible, ellos lo han conseguido en pocos días.

Hacía mucho tiempo que no entraba en uno de estos "grandes almacenes", pero se acercaba la ola de frío y había que comprarle un "jersele" a Yako que le cubriese el espinazo. Yako nunca ha sido "de marcas" y la ventaja de tener un schnauzer a un niñato de los de ahora es que sabes que nunca te va a tirar el "jersele" a la cara por no ser de La Martina. Le compramos un polo de rayas, que como decía Obelix, estiliza más la figura que los cuadros.

Aprovechando la estancia, me estuve fijando en la gran cantidad de artículos expuestos, en que ya les ponen anti-hurto a muchas prendas, en que siguen pasando del código de barras occidental y prefieren la pistola que imprime las pequeñas etiquetas adhesivas de color amarillo y en que los precios siguen siendo redondos, eso de que terminen en 90 ó 95 ó 99 lo dejan para los occidentales.

Por supuesto, al pagar el cajero-propietario no hizo intención de darnos ticket, ni preguntó si queríamos ticket-regalo, es más, la caja estaba sin conectar, ¿para qué?, ellos cambian el artículo por otro sin necesidad de justificante de compra.

Me preguntaba cómo pueden hacer inventario si los artículos no tienen ni una mísera referencia. Me preguntaba cómo pueden conocer el beneficio si no registran las ventas. Me preguntaba si conocen los términos "amortización", "provisión", "periodificación", "cuenta de crédito", "notario". Me preguntaba si los que allí estaban trabajando cotizan todos a la Seguridad Social, si tienen su estudio de Prevención de Riesgos, si tienen hojas de reclamaciones, si pagan en canon de los piratas de la SGAE,...

Y me acordaba de la sanción que le habían puesto a un comercio recién inaugurado que está junto al nuestro por no tener en castellano las instrucciones de lavado y cuidado de las prendas o de la multa que le habían puesto a otra vecina por no tener todos los artículos del escaparate con el precio visible.

Me preguntaba si en este juego todos somos iguales y me contesté que se supone que sí, pero unos más iguales que otros.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Ya casi es Navidad en STRASS

Con la musica de Beyoncé, los escaparates de STRASS. Esta semana, el del 2008.

Marc Ostarcevic: "Desesperar Jamais"

Nunca había estado en el COC (Centro de Ocio Contemporáneo), que está a 5 minutos de mi casa. Ayer, al mediodía, después de tomarnos 20 de los "100 Montaditos" con los AMIGOS Isa y Antonio, decidimos que por la noche nos tomaríamos un sandwich rápido en mi casa y nos iríamos al COC, que había sesión de JAZZ.

Pues dicho y hecho, a las 21:30 estábamos cenando en mi casa unas hamburguesas caseras de Pavo-Pollo, con su lechuguita, su cebollita pochada, su lonchita de queso El Caserío, su rodajita de tomate y su poquito de mix tomate frito-mayonesa, todo hecho sin pizca de grasa en la Princess (un invento para estas cosas). Vamos, lo que viene a ser un fast-food en toda regla (no confundir con fast-fuck, que es "altra cosa").

De postre, nada de mega-calorías de los "sandy" del Burguer King: otro mix, de helado de vainilla con nueces de Macadamia, sobre coca de chocolate y nata montada con fideos de chocolate. ¡Algo ligerito!

A las 22:30 estábamos entrando en el COC sin saber quién actuaba esa noche. De repente, ¡coño! primero Isi, al fondo Pedro, y así muchas caras conocidas, pero lo último que podíamos pensar es que iban a actuar la "banda" (en el mejor sentido) de amigos y conocidos que forman "Desesperar Jamais", con su repertorio de música brasileira.

Pues sí, allí estaban ellos, los diez, en un escenario minúsculo lleno de cables e instrumentos, y a 2 ó 3 metros estábamos nosotros, sentados en primera fila, acompañados de cuatro Mahou, observando atentamente cómo interpretaban los temas y siguiendo el ritmillo con los pies y las manos.

Me gustó el concierto y el final, con el tema de la Cachuela (que es buena para el corazón, como todos sabemos) interpretada por un Javier Monterrey al que sólo le faltó romperse la camisa y un zapateo final a lo Farruco en un instante final de éxtasis máximo.

Después unas cervecitas allí mismo, de charleta con los dos buenos amigos, y para casa, que era buena hora todavía para poder aprovechar la mañana siguiente del sábado.

Y fue llegar a casa y después de desprendernos del olor a tabaco y ambiente del COC, pusimos la tele y ahí estaba el "amigo" Ostarcevic, en el programa de la Patiño y Cantizano, que venía a contar cómo a él también le había pillado la crisis.

Que si una hipoteca de dos mil, que si ya no le salen "bolos", que si tal, que si cual, en definitiva, que la crisis no distingue entre curritos y vividores y a éstos también les ha pillado. Eso sí, la Patiño le decía que dónde había echado las "perrinas" que había ganado estos años a base de dejarse ver en fiestas de medio pelo, con chicas de medio pelo que mataban por esas carnes bronceadas y prietas (¿prietas?), y vistiendo coloridos trajes de una intensidad cromática que ni la paleta del propio Barceló.

Eso sí, de trabajar o de haber cotizado para tener derecho al "paro", nada de nada, así que aprovechando unos momentos de confusión decidimos apagar la TV y marcharnos a nuestros aposentos, pues no merecía la pena gastar luz en semejante personaje.


martes, 18 de noviembre de 2008

Foto (III)


Esta chica posaba hace un par de años en París, en Montmartre, en la plaza donde están todos los pintores a la caza del turista despistado. Supongo que en este momento se parecerá más a la chica del lienzo, pues el viejo pintor y sus viejas manos no estaban retratando a la cría que aparece al fondo, más bien parece que estaba pintando cómo será cuando tenga unos añitos más.

La chica posaba paciente, sonriendo levemente ante la atenta mirada de sus padres y de los curiosos que nos parábamos para ver si el pintor estaba acertado o no con su retrato. Desconozco el nombre de ella, la nacionalidad, lo desconozco todo, pero nunca se sabe, lo mismo un día recibo un mail de ella diciéndome que se ha visto en mi blog, por eso he subido la foto sin reducirla, por si la encuentra y se la quiere quedar, porque realmente ella es la verdadera protagonista de la foto, por eso sale perfectamente enfocada.

Gente

Hacía tiempo que no escuchaba esta canción de Presuntos Implicados. El sábado pasado, sábado de pasión en STRASS, de los sábados más largos por el poco movimiento que hubo, de repente "saltó" esta canción en el cd que había grabado esta semana mi hermana bloguera Geli. Disfruté escuchando de nuevo la voz de Sole en una de las canciones que más me gusta de este grupo.

"Gente que se despierta cuando aún es de noche y cocina cuando cae el sol, gente que acompaña...gente que va de frente, que no esquiva tu mirada...que nos renueva la esperanza de un día vivir en paz..."

Me gusta observar la gente, tras los cristales del Café Comercial, en la terraza al atardecer en el Café del Nuncio, desde la primera planta de los Starbucks de Gran Vía o Arenal, en la sección de libros de viajes de La Casa del Libro, en la de comics de FNAC, a los que esperan junto al Oso y el madroño en Sol, a los que hacen cola en la acera antes de comprar suerte en Doña Manolita, a los que se suben en los hombros de sus padres para ver Cortilandia, a los que se chocan contigo por las aceras de Fuencarral, a los que pasean su poderío por Ortega y Gasset o Serrano, a los que duermen o leen en el metro,..., está bien dejar pasar el tiempo observando a la gente.

Gracias Geli por recordarme esta canción.


Barceló

Dejando a un lado que el Barceló que más me gusta es el que va acompañado de unos cubitos de hielo, un poco de limón exprimido y coca-cola, coca-cola (la que lleva azúcar y cafeína), debo reconocer que hay algo en la obra de Miquel Barceló que siempre me ha atraído.

Yo he tenido la suerte de ver, cuando era más pequeño, cómo mi padre o mi abuelo de un trozo de madera sacaban un rostro o una mano, con la única ayuda de unas gubias golpeadas con una maza (que yo conservo) o con la palma de una mano encallada. También he tenido la suerte de disfrutar viendo cómo unos simples trazos hechos con un lápiz de carpintero adelantaban lo que posteriormente sería un mueble de madera.

Así la dificultad que tengo de entender y valorar la obra de Barceló, pese a que reconozca cierta atracción. Lo que no puedo entender, ni entenderé, es la postura de los políticos que adulan su obra con el único fin de su beneficio personal, para satisfacer su ego de protagonista y para completar su colección de fotos, pese a reconocer en privado lo que a los ojos de cualquier mortal de primeros de siglo XXI no deja de ser un gotelé exagerado revestido de 35 toneladas de pintura derramada a su antojo. Con esto no digo que dentro de 100, 200 ó 500 años esta cúpula sea una obra maestra equiparable a la Capilla Sixtina, como dice Moratinos, pero para esa fecha yo no estaré aquí y dudo mucho que los goterones también estén.

Eso sí, si me paro a observar con detenimiento la cúpula y sus estalactitas con esa mezcla de colores surge en mi una sensación que ratifica la absoluta negatividad del universo, el odioso vacío solitario de la existencia, la nada El predicamento de un hombre dedicado a vivir en una desierta eternidad sin Dios como una diminuta...



20 Millones

Por un lado, leo que la cúpula de Barceló nos ha costado 20 millones de euros. Por otro lado, Médicos sin Fronteras me pide una aportación adicional como socio para salvar las vidas de 20 millones de niños de entre 0 y 2 años (con 39 euros pago el tratamiento de uno de estos niños).

Por un lado, la ONU celebra la inauguración de esta sala de juntas reformada con 20 millones de euros de dinero español. Por otro lado, la OMS (es decir, la ONU) celebra su 60 aniversario y fija en 750 millones de euros el coste de tratar a los 20 millones de niños.

Por un lado, nuestro ministro Moratinos habla de "la Capilla Sixtina del siglo XXI". Por otro lado, Miquel Barceló dice que "lo peor de todo esto es que me hayan comparado con Miguel Angel, con lo de la Capilla Sixtina del siglo XXI. ¡Por favor! ¡Un poco de vergüenza!" y añade: "he aprendido a cuidarme de los políticos".

Por un lado, la sala de juntas se llama "Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones". Por otro lado, la OMS (es decir, la ONU) habla del notable retraso para el logro de los "Objetivos de Desarrollo del Milenio" que acordaron en septiembre de 2000 los Jefes de Estado de 189 países para "erradicar la pobreza extrema y el hambre en el 2015".

Mientras tanto, según la OMS (es decir, la ONU), este año han muerto, están muriendo y morirán 11 (ONCE) millones de niños menores de cinco años de edad.

¿Alguien entiende esto? Yo, desde luego, no.

lunes, 10 de noviembre de 2008

"Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas:


Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…
"
Groucho Marx (léase con la voz en off de Groucho)

Pues sí, como diría también el gran Bogart, "muchacho, la felicidad esta hecha de pequeñas cosas" (léase con la voz en off de Humphrey).

Así termina el último "post" del blog de mi hermana Geli (http://gelice.blogspot.com/2008/11/pequeas-cosas.html) y así empieza el mío esta semana, con una pequeña cosa, el premio que nos ha tocado en la quiniela a los cuatro de la Peña: Mata, Pitera, Rafa y un servidor. Gracias a la columna que rellenó Rafa, hemos acertado 11, lo que se traduce en un "premio" de 1,56 euros.

Reconozco que un sudor frío recorrió mi espalda cuando empecé a comprobar los resultados pronosticados por Rafa y fue enorme la alegría que me llevé cuando comprobé que tenía 3 fallos. "Ufff", exclamé antes de respirar profundamente. ¿Y por qué?, se preguntarán vuestras mercedes.

Pues por algo que nunca se debe hacer: comprobar una quiniela cuando no se ha sellado y más si la haces con el resto de la "Peña", porque puede tener efectos negativos muy poco deseables, directamente proporcionales al importe del ficticio premio.

Y todo por una cadena de hechos que me llevaron no sólo a no poder sellar la quiniela sino a olvidarme de enviar los "sms" advirtiendo del hecho, para que luego no hubiese malos rollos. Desde el viernes a las 14:00 horas se puede decir que no paré hasta el sábado a las doce y pico de la noche.

Primero, la peluquería, necesitaba un corte de pelo como el comer. Después, la limpieza de la casa, no muy necesaria, pero había que hacerla. Posteriormente, la preparación de la cena a los invitados de esta noche, precisamente los 3 compañeros de la peña y sus parejas (como los últimos se fueron a las 4 de la madrugada, el despertar del día siguiente no fue precisamente al alba). Y el sábado, otro compromiso, una salida a tomar unas cañitas que se prorrogó hasta las 11 de la noche.

Y ayer, cuando me acordé por la noche pensé que ya era demasiado tarde y que, si nunca hemos acertado nada, mucha casualidad sería que precisamente ahora nos tocase una de 15.

De ahí mi alegría esta mañana al comprobar que habíamos sido premiados con 1,56 euros, que gustosamente pondré de mi bolsillo y "santas pascuas" que diría Papá Noel. Por eso lo escribo aquí, porque como este blog no lo lee nadie, nadie se va a enterar de lo sucedido.

Así que gracias a esos tres fallos esta semana volveremos a sellar la quiniela (nunca más volveré a pasar este mal trago) y cada uno seguirá soñando con sus pequeñas cosas. El Pite, con su pequeña isla del Pacífico Sur. El Mata, con su pequeña mansión sin vecinos adosados y piscina a compartir. El Rafa, con su nuevo ático en el Centro y su nuevo trabajo de autónomo sin jefe al que rendir cuentas. Y yo haré realidad el sueño de ir vestido con gabardina, sombrero de ala corta, cigarrillo ladeado y entrando en el Santander o en Bankinter diré al director:

- Muchacho, todo en la vida se acaba y nuestra relación ha tocado a su fin.

- Pero...

- No hay peros que valgan, caput, se terminó.

Y tanto que se terminó. A partir de ahora, bancos, los del parque, pues repartiendo mi parte entre los años de esperanza de vida que tiene un varón español en la Comunidad de Extremadura, me salían unos 42.000,00 (*) euros netos anuales, lo que dividido entre 12 meses me permitirá dedicar seis meses al año a viajar con mi Manu, conocer sitios y gente que merezcan la pena y, sobre todo, a sentirme a gusto con lo que hago, con gente a la que pueda echar una mano, porque puede ser que, como reza la campaña que van a poner en los autobuses de Londres, "probablemente Dios no exista, así que deja de preocuparte y disfruta de la vida".

(*) Quien dice 42.000,00, dice 84.000,00, total, soñar no cuesta dinero.



martes, 4 de noviembre de 2008

Fotos (II)

Debe ser uno de los sitios más fotografiados del mundo, el Puente de Carlos, en Praga. No me gusta nada salir en las fotos, pero hay veces que no tengo más remedio que dejar constancia de que también estuve allí, por eso llevo el mini-trípode, que también me ayuda a hacer fotos sin flash.

Esta me gusta porque muestra una serena tranquilidad. Tranquilidad que teníamos nosotros, de vacaciones, sin horarios, a miles de kilómetros de nuestras obligaciones, de nuestra rutina, tranquilidad aparente en un puente mágico sobre el Moldava, un puente atestado de turistas desde primera hora de la mañana hasta última hora de la noche, con músicos, pintores, marionetas,...

Tranquilidad en una ciudad amable, de gente amable, sin problemas para coger el Metro por la noche, desde Muzeum a Budejovická, siempre atentos para escuchar, antes de cada estación, la expresión "Pristí stanice...". Tranquilidad de un hotel, el Barceló Praha, pared con pared con un cementerio, cuya vida me gustaba observar desde la ventana de nuestra habitación.

Tranquilidad la que se respiraba al entrar en el Ebel Coffee House, en el patio de Tyn, y saludar con el "hola checo" Dobry den antes de pedir un capucciono y planificar la ruta diaria con el plano y la lonely planet.

Hay algo especial en Praga que me atrae, que hace que me sienta tan a gusto en una ciudad de un idioma imposible, con palabras sin vocales y acentuadas, imposibles de abordar e imposibles de adivinar su significado. Me gustó en el año 1991, con pocos turistas, sin McDonalds, con la cervecería de la calle Karlova donde pasamos buenos ratos o el restaurante de Malá Strana donde comimos los siete por menos de 700 pesetas en total, incluida la cerveza, o las entradas gratis a la Sinagoga, al Cementerio Judío de Josefov y al Callejón Dorado donde vivió Kafka, o aquella noche en la que comimos obleas sentados en los adoquines de la Plaza de la Ciudad Vieja mientras escuchábamos a un grupo de jazz.

Y me gustó en el 2007, con sus MacDonalds, sus tiendas de suvenirs de la calle Karlova, su H&M o su Mango, con sus entradas a precio occidental para visitar cualquiera de los sitios de interés o sus cuadros de Alfons Mucha.

Me gusta Praga, me siento feliz allí y espero volver pronto de nuevo.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Fotos (I)


Londres, agosto de 2006, justo donde se juntan Old Bond St. y New Bond St. te encuentras con estos dos personajes: Roosevelt y Churchill, en animada conversación, a la espera de que algún turista se siente entre ellos y participe de ella.

Y ahí se sentó mi Manu. Fue un instante y nunca me dijo de qué hablaron, pero sólo hay que ver su expresión y la del presidente americano para darse cuenta que bromeaban sobre algo o sobre alguien. Mientras, Churchill se acercaba no sé si con la intención de enterarse de lo que estaban hablando o con el objeto de olfatear la ensortijada cabellera de mi Manu. Eso sí, todo un caballero, alejó el puro de bronce, seguramente para no molestar a la turista española.

Me fijo en que ambos gobernantes tienen las rodilleras gastadas, con brillo, seguramente de la cantidad de paseantes que posan sus posaderas en sus resistentes piernas, abusando de la paciencia de ambos. También me llama la atención que ninguna de las figuras ni el banco que las sostiene sirve de soporte o lienzo para alguno de esos "artistas" callejeros que armados de esprays de colores estampan su firma o su saber hacer "artístico", como ocurre en mi ciudad y en otras ciudades españolas.

El caso es que yo estuve allí, pude congelar el momento y aunque no me pude sentar con ellos, por el escaso espacio, me gustó el resultado, como me gustó el viaje en tren desde Madrid (sí, desde Madrid), como me sorprendió gratamente Londres y como me gusta recordar aquellos días de verano del 2006.

viernes, 24 de octubre de 2008

Cuando la realidad supera a la ficción

El Ruben y la Jessi, el Ogro de las Drogas, el Hijo Violento, la socorrista de la he liao parda,..., muchas veces es difícil distinguir quién es el real y cuál es el personaje de ficción, y para muestra, unos botones.













jueves, 23 de octubre de 2008

El País

"El Real Madrid goleó anoche, por 6-1, al Anderlecht, belga, en partido de vuelta de los octavos de final de la Copa de la UEFA, y se clasificó para la siguiente ronda de la competición. El conjunto madridista, único representante español en los torneos europeos de clubes de fútbol, hizo una auténtica exhibición de juego y remontó el 0-3 desfavorable del encuentro de ida. El equipo belga incurrió en un exceso de confianza y no marcó de cerca a los jugadores madridistas, por lo que éstos pudieron practicar un fútbol brillante, algo nada habitual en estos tiempos. El Madrid llegó al descanso con 4-1, un resultado que clasificaba al Anderlecht por el valor doble de los goles en campo ajeno. Pero a los cuatro minutos de la segunda parte ya había establecido el 6-1 definitivo. Butragueño, que aparece en la imagen, fue la estrella de un conjunto que devolvió a los aficionados el gran espectáculo futbolístico. El Buitre marcó tres goles y dio dos más a Valdano. El primer tanto de la noche lo consiguió Sanchis".

Esto ocurría un 12 de diciembre de 1984. Yo, como la mayoría de los españoles, lo "vimos" por la radio, ya que Televisión Española no lo emitió en directo. Sólo 80.000 personas pudieron asistir esa noche al nacimiento del MIEDO ESCENICO y a la consagración de Emilio BUTRAGUEÑO (hace unos meses compramos algo que no recuerdo en la Perfumería Butragueño que todavía existe en la calle Montera de madrid).

Además, si eras de provincias, o te espabilabas o te quedabas sin ver las fotos, sin leer la crónica o sin poder guardar un pequeño recorte, tan importante en aquellos tiempos en los que todavía desconocíamos lo que era un fichero ".pdf". El Marca y el AS se agotaban a primera hora de la mañana,así que ese día, de camino a los Maristas, fui preguntando en todos los kioskos si habían llegado, pero no tuve suerte.

Así que, en la hora del recreo, como todavía no dejaban salir del colegio, le pedí a Jesús, mi entonces profesor de literatura y que solía comprar El País, que me hiciera el favor de comprar el Marca o el AS, me daba igual, yo quería revivir lo que la noche antes había disfrutado gracias a la radio.

Tampoco hubo suerte. Me dijo que se había agotado, que quedaban el resto de periódicos generalistas: ABC, Diario 16, El País,..., así que regresé a casa sin mi ansiado ejemplar.

Recuerdo que era por la tarde, después de las seis, y salí de casa a quemar el último cartucho: un pequeño kiosko que regentaba una señora con bigote frente a uno de los parques que había cerca de mi casa. Estaba claro que no era mi día. ¿O sí? El caso es que sólo le quedaba El País, así que regresé a casa con un periódico que jamás había abierto en mis entonces quince años de vida.

Han pasado casi 24 años y puede que todavía aparezca en alguna caja o en alguna carpeta la pequeña columna que informaba sobre lo ocurrido esa noche mágica en el Bernabéu. Pero lo que todavía no ha desaparecido es esa costumbre de salir a comprar El País todos los sábados y domingos, el mes de vacaciones y en los viajes que hago al año, sobre todo cuando estoy en Madrid, cuya edición es más amplia y actualizada que la edición nacional que nos llega a los que somos de provincias.

Y si alguna vez no lo consigo, como me pasó recientemente en Andújar, en la boda de Pakino, lo primero que hice cuando me bajé del coche a regresar a Badajoz fue sacar mis 2,20 eurillos y comprarme El País en el locutorio, antes de recoger a Yako.

Para otro relato dejaré mis manías de empezar por el final, de leer los miércoles y domingos a Elvira Lindo, de buscar a J.J. Millás, de aquellos artículos de Santiago Segurola, de viajar con la imaginación todos los sábados con El Viajero, del los descubrimientos con aquel genial suplemento de los viernes de El País de las Tentaciones o de mis primeras lecturas sobre economía, empresas e ideas de negocios cuando estaba en la facultad gracias a las páginas salmón de los domingos.

Ah! Ahora mi amigo Antonio dirá, por enésima vez, ¿por qué compro un periódico de izquierdas cuando aparentemente tiro hacia la derecha?. Pues, simplemente, porque me gusta, como me sigue gustando leer las esquelas del ABC o ver las fotos de los "enlaces" de la Alta Suciedad cuando pillo un HOLA en la peluquería. ¡Uno que es así!

martes, 21 de octubre de 2008

El novio de Falete

En la madrugada del 13 de octubre, el novio de Falete simulaba su secuestro con a saber qué intenciones. En ese mismo instante, un empresario sevillano era incapaz de conciliar el sueño, pues no entendía que después de tantos años de trabajo y tantas operaciones bancarias, su banco de toda la vida le había cerrado el grifo y ni le descontaba los pagarés de sus clientes, dinero necesario para hacer frente a sus pagos, ni le ofrecía ahora el dinero que insistentemente le había puesto sobre la mesa en los últimos años de bonanza.

Al otro lado del Atlántico, un conocido directivo de un banco de inversiones, al que acababa de llevar a la quiebra, se reunía con sus amigos en una lujosa mansión para celebrar la pérdida de su trabajo y su correspondiente indemnización de más de 100 millones de dólares.

De vuelta a la península, y con el novio de Falete todavía sin dar señales de vida, una joven pareja de inmigrantes se miraban en la oscuridad del dormitorio y planificaban el regreso a su país, una vez entregado a su banco "de toda la vida" el piso que, con tanta ilusión y esfuerzo, habían adquirido hace unos años.

En ese mismo instante, la presidenta del banco de Mario Conde visualizaba la presentación de resultados de los tres primeros trimestres del año y que, como suele ser habitual en estos casos, serían los mejores de la historia de la entidad, sin contabilizar todavía el piso de la pareja anterior.

No bien había terminado la visualización de la hija del banquero, cuando varios taxistas madrileños dejaban atrás La Cibeles de Raúl o el Neptuno de Torres (¿Torres?) y daban conversación, sin saberlo, a varias jóvenes (españolas, brasileñas, rusas,...) que acababan de acostar a toda una legión de adinerados "empresarios" de la construcción que, horas antes de la desaparición del novio de Falete, habían estado reunidos en un lujoso hotel para discutir sobre el futuro del sector y las ayudas que deberían pedir al Gobierno.

No bien se había dormido, relajado y con una sonrisa dibujada en su cara, el último constructor, cuando amanecía en Sevilla y Falete despertaba sobresaltado ante la ausencia de su novio. Este, autoliberado de su autosecuestro, salía nervioso de la comisaría después de prestar declaración sobre lo sucedido esa noche. Mientras, la pareja de inmigrantes se dirigía a liquidar las cuentas pendientes con el banco de la hija del banquero, que en ese momento repasaba su "Keynote" llena de gráficos positivos sobre la evolución de "la entidad".

Una hora antes de que abriese la oficina del banco de don Mario, el empresario esperaba nervioso y disgustado la llegada de sus trabajadores para darles la noticia de que este mes sería muy difícil que pudieran cobrar sus nóminas, ya que su banco de toda vida se había negado a descontarle los pagarés de uno de esos constructores que ahora daba buena cuenta de su desayuno buffet de 25,00 euros, mientras se jactaba con sus colegas de las artes de la joven española que, unas horas antes, le había ayudado a conciliar el sueño previo pago de una cantidad, simbólica para él, pero necesaria para ella, para poder pagar el alquiler de su piso compartido y poder seguir aspirando a un futuro de Princesa donde no hubiera lugar para esas carreras nocturnas en taxi por Madrid.






jueves, 16 de octubre de 2008

Another Man's Woman

Últimamente las preocupaciones hacen que me cueste más coger el sueño. Intento "forzar sueños", pero estoy perdiendo facultades y más bien me vienen pesadillas. Anoche también me costó dormir, pero por motivos desconocidos me vino a la mente Supertramp, algo tan absurdo como esas situaciones que de vez en cuando vives en sueños y te preguntas a la mañana siguiente qué coño pintaba anoche viviendo eso.

Pues sí, Supertramp, con dos narices. Ahora recuerdo que tengo tres o cuatro discos (vinilos) de estos mozos, los dos primeros y más antiguos, heredados de Jose Mari, el primer novio de mi hermana "la mayor". Even in the quietest moments es uno de ellos y, el otro, CRISIS, WHAT CRISIS?.

La portada de este último, genial me parece a mí, la hemos utilizado mucho en los últimos años, haciendo siempre alusiones a las crisis del equipo catalán o cuando se inventaban alguna de mi Real Madrid de mis entretelas. Últimamente, esta portada ha servido para ilustrar los mails que hablaban sobre una crisis que todos empezábamos a notar hace meses, ¿todos?, bueno, todos, todos no, había un grupo de aguerridos "progresistas" que llamaban antipatriotas a todo aquel que mencionase la palabra prohibida: CRISIS.

Recuerdo que la primera vez que escuché este disco en el tocadiscos de Jose Mari, éste nos advirtió de que el quinto corte incluía "la canción de Informe Semanal". ¿De Informe Semanal?, pues sí, del Informe Semanal de la época, porque este disco es de 1975, no recuerdo si antes o después del 20-N, pero en aquel año yo tenía seis, acababa de empezar primero de EGB en los Maristas y los sábados los pasaba en casa de mis abuelos.

Recuerdo que a mi abuelo le gustaba ver "El Parte", o sea, el telediario. Su televisor tenía el VHF y el UHF y quiero recordar que era en blanco y negro, pues el color llegó primero a mi casa (esta noche he leído que llega a casa de los Alcántara). Después, mi hermana "la mayor" y yo nos sentábamos a ver los dibujos del momento, es decir, Heidi, Marco, Mazinguer Z, Orzowei (¡qué horror!, es verdad eso de que todos tenemos un pasado, que se lo digan a Enrique del Pozo que cantaba la sintonía de Orzowei), que solían durar media horita, para dar paso a Primera Sesión.

Mi abuela siempre decía que "la cinta" que iban a echar en Primera Sesión era muy buena. Daba igual que saliera John Wayne pegando tiros o Fred Astaire bailando claqué con las orejas desabrochadas, para ella siempre la cinta iba a ser muy bonita.

Pero me estoy enrollando y no llego a donde quería ir. "Another Man's Woman" era la canción de Supertramp que servía de sintonía a Informe Semanal. No sé por qué todavía cuando escucho la parte instrumental me entra como un come come, como un no sé qué, algo que me recuerda a mis abuelos, a su modesta casa de barrio, a la tortilla de patatas o francesa con tomate frito que cenábamos esas noches a la espera que que viniesen mis padres a recogernos.

No sé si esto lo leerá alguna vez mi abuelo, levantándose las gafas para leerlo mejor, y recordará esa sintonía, pero a mí me sirvió para recordar buenos momentos y quedarme dormido en una noche que a priori se presentaba difícil para conciliar el sueño.





Luego me hice mayor y un día viendo el "Discoplay" me pedí el "Breakfast in America", que también conservo con su fundida de plástico y todo, porque a mí me gustaba tener los discos con su fundita y ahora cuando cojo alguno, me gusta la "liturgia" de sacarlo de su funda, sacar el disco de la cajita de cartón y, porque no funciona el giradiscos, pero eso de pasarle el "quitapelusas" antes de escucharlo también era bonito, como el sonido de la aguja hasta que empezaba la primera canción.

Me callo ya porque me estoy poniendo demasiado nostálgico. ¿Será la Crisis? ¿What Crisis?



Y la versión completa del Another Man's Woman.

lunes, 6 de octubre de 2008

La boda de "Pakino"





Pie de fotos: los protagonistas (junto a los huevos fritos); los protagonistas con los padrinos; mi hermano, Mónica y Manu; el amigo Rafa y mi amiga la Canon 450D; Rocío, Paquita y Manu; María José, Pakino, el arroz,...; los "Javis" (Pedrero, González y Corzo), sus respectivas, Manu, Mónica y Miguel; los verdaderos protagonistas, junto a los novios: los huevos fritos, con el lomito y el choricillo; el desayuno del día después, tostadas como barcas de aceite y tomate (yo estoy en todas detrás de la cámara, en este caso, la nikon compacta digital).

RELATO DE LOS HECHOS

Eran las 6:00 de la "madrugada" y el despertador comenzó a gritar. No es que me importe madrugar, pero a una hora decente, a partir de las 8:00, por ejemplo, pero levantarse antes es inhumano. En esos momentos, ajeno a todo, Yako dormía plácidamente en casa de la mía mamma, seguramente a los pies de la cama de mi hermana Geli.

Mi Manu y yo habíamos quedado a las 7:00 en recoger a mi hermano y a Mónica, por lo que no había más remedio que incorporarse, pues quedaban casi 330 kilómetros hasta Andújar y la boda comenzaba a las 12:00. Las ganas, en esos instantes, eran mínimas, pero habíamos adquirido el compromiso de asistir y no podíamos fallar. Así que, como cuando estás pasando un mal momento y recibes un sms cariñoso de un amigo/a, un cafelito recién hecho nos puso las pilas y a las 7 y pico ya íbamos camino de Jaén.

A la boda no le faltó detalle: desde el cura argentino presuntamente trucha hasta la fuente de la que manaba chocolate que hizo las delicias de más de un goloso/a; desde los 35 platos del buffet (los conté) a los huevos fritos con lomito y chistorra de las diez de la noche; de la botellita de vino extremeño a la de aceite jienense como regalo de los novios, de los lloros de la madrina emocionada que "pierde" al pequeño de la familia a la locura colectiva (ya clásica) cuando suena el "ná na na ná, na na na ná,..." del "I will survive" de Gloria Gaynor.

Reconozco que me lo pasé pipa. No necesité de cubatas de esos que dejan el botellín de cola casi lleno, ni "empazurrarme" de cerveza, ni berbeme la cosecha del 2007,..., ni "cartones", ni tripis, ni "maría", simplemente me sentí muy a gusto desde el primer momento y eso que no conocía al 90% de los invitados.

A poco de empezar el buffet mi amigo Rafa, hermano de Pakino, depositó en mí su confianza materializada en una flamante Canon 450D sin estrenar. Insisto, pipa, pipa me lo pasé, como un día de Reyes cuando era pequeño, como un niño con la equipación de Raúl, como el primer beso de la primera novia, así me sentía en aquellos momentos. ¡Y sin carrete y con una memoria de 4Gb!, así que comencé a disparar, desde los novios a la cortadora de jamón, todos quedaron inmortalizados en las 400 y pico fotos que marcaba la cámara cuando se la devolví a sus dueños.

Disfruto haciendo fotos a la gente, pero son fotos sin ninguna pretensión artística, sólo quiero congelar los buenos momentos, las pequeñas cosas. Por eso me gustan las fotos cuando los retratados desconocen que los estoy apuntando con la cámara. Echaba en falta mi objetivo de 300mm, capaz de acercar al más lejano, pero esa sensación de disponer de un carrete sin fin nunca la había tenido.

Me gusta disparar a los críos, porque ellos no se preocupan de cómo poner la boca, de si tienen que decir treinta y tres o patata o de si el pelo lo tienen de esa manera o de otra. Así que su gesto, su expresión, es natural, no les preocupa mirar a la cámara, su mirada es trasparente y por eso siempre salen bien. Me fijé en una cría con unos ojos preciosos, quizá un poco tristes, quizá un pelín saltones (¿a lo María de Medeiros?) , pero a mí me pareció preciosa. Me corté un poco de hacerle más fotos, pues al no conocer a los padres me dio apuros, por todo el tema que hay con las fotos a menores, pero me encantó una que le hice de perfil mientras observaba atentamente a los novios.

Así que me perdí gran parte del buffet por culpa de la Canon, pero luego me rehíce y en el almuerzo dejé el pabellón en lo más alto: me lo comí todo, pero todo todo, como Dios manda, era lo menos que podía hacer para agradecerle a la familia el que me hubiese invitado. No podía defraudarles y eso hice, desde las gambitas a la pluma ibérica (¡ríete de la pluma del cura!) pasando por un excelente sorbete de manzana, desde el vinito blanco al Pedro Ximénez, pero, eso sí, todo con moderación, sin repetir, que tampoco había que tirar por la ventana los últimos días de esfuerzo por recuperar una línea cóncava que hace años se convirtió en convexa y que ahora me acompaña por debajo de las tetillas.

Emocionante fue el baile de los novios ante la atenta mirada de los invitados y digo emocionante no porque María José y Pakino fueran Ginger y Fred (solo de nombrar a Fred me entran ganas de ponerle media suela de metal a los zapatos), sino porque los invitados se contagiaron de las lágrimas de Paquita y Rocío, madrina y hermana del novio, que los observaban con una emoción mayor incluso que la mía cuando el gol de Mitjatovic en la séptima o el de Zidane en la novena. Tengo ganas de ver estas fotos para contar cuántos lloraban a moco tendido.

Y en esto llegaron los huevos. Todo el mundo estaba expectante, pues nadie pensaba que a las nueve y pico de la noche la gente iba a tener ganas de seguir comiendo. Pues sí, la gente come y bebe lo que le eches. Aparecieron primero los platos de jamón y, a continuación, los montaditos de lomo prometidos. Como yo me seguía sintiendo en deuda con la familia por su invitación, no pude menos que dar buena cuenta de todo lo que por allí pasaba, pero, eso sí, en ningún momento dejé la cámara, como un profesional, como si se tratara de un corresponsal de guerra, veía los platos acercarse a través del visor de la cámara y, sin temblarme el pulso, ayudaba a aliviar el peso de la bandeja a la camarera de turno.

No recuerdo lo que sonaba en esos momentos en la pista de baile, pero hubiera quedado de p.m. que el "diyei" hubiese resucitado a Freddie Mercury con el "Show must go on" , se hubiesen apagado las luces y se hubiesen encedido bengalas (hubiera quedado de lo más friki) para acompañar la salida de los esperados huevos fritos con lomito y chorizo que hicieron las decilias de más de uno, entre los que me incluyo, para a continuación haber pinchado el "We are the champions" como final a un día largo pero en el que todo resultó perfecto.

Pero no debo terminar este relato sin mencionar los besos que me dio Rafa cuando me marchaba. No voy a entrar en si besa de una manera o de otra, sólo resaltar el hecho de que la emoción que estaba viviendo por todo lo que la boda de su hermano significaba para ellos y por lo bien que todo estaba saliendo le hizo saltarse el "abrazo varonil" y plantarme dos besos mejilleros casi sonoros, casi parecidos a esos besos de abuela, esos besos de pueblo de Blanca Portillo que vimos en "Volver", pero fueron besos sentidos, besos de un amigo y reconozco que me gustaron, aunque, a día de hoy, la pluma que más me gusta es la de cerdo ibérico, y, a ser posible, con huevos fritos.

Edito esta entrada para decir que acaba de traerme el cartero la invitación para la gala de "Extremeños de HOY 2008" del próximo martes, que me manda mi amigo Antonio. Pues que se vaya preparando, que en cuanto termine la entrega de premios y se venga con nosotros a tomar una cervecita le voy a plantar un par de besos de pueblo como los de Rafa, que ya está bien de tanto apretón de manos y de tanto abrazo, cada vez más lejanos, por culpa de las barriguinas.



El gran Freddie:



El gran Fred. Casi nadie conoce mi habilidad con el claqué, pese a estar tan mal dotado para el baile. ¡Tiempos aquellos que veía estos musicales en casa de mis abuelos y se movían mis pequeños "pieses" al ritmo de Fred!

jueves, 2 de octubre de 2008

"MIEDO" (y se cierra la trilogía)

MIEDO
M-Clan

Para empezar
diré que es el final
no es un final feliz
tan sólo es un final
pero parece ser que ya no hay vuelta atrás.

Sólo te di
diamantes de carbón
rompí tu mundo en dos
rompí tu corazón
y ahora tu mundo esta burlándose de mi.

Miedo
de volver a los infiernos
miedo a que me tengas miedo
a tenerte que olvidar.

Miedo
de quererte sin quererlo
de encontrarte de repente
de no verte nunca más.

Oigo tu voz
siempre antes de dormir
me acuesto junto a ti
y aunque no estás aquí
en esta oscuridad la claridad eres tu.

Miedo
de volver a los infiernos
miedo a que me tengas miedo
a tenerte que olvidar.

Miedo
de quererte sin quererlo
de encontrarte de repente
de no verte nunca más.

Ya se que es el final
no habrá segunda parte.
Y no se cómo hacer para borrarte.

Para empezar
diré que es el final.

Miedo
de volver a los infiernos
miedo a que me tengas miedo
a tenerte que olvidar.

Miedo
de quererte sin quererlo
de encontrarte de repente
de no verte nunca más.

Y aquí en el infierno
oigo tu voz.

Con esta canción se cierra la trilogía de M-Clan del blog: Miedo, Roto por dentro y Me estás atrapando otra vez, con Ariel Rot.



miércoles, 1 de octubre de 2008

El entierro prematuro

"Ser enterrado vivo es, sin ningún género de duda, el más terrorífico extremo que jamás haya caído en suerte a un simple mortal...

Cuando reflexionamos, en las raras veces en que, por la naturaleza del caso, tenemos la posibilidad de descubrirlos, debemos admitir que tal vez ocurren más frecuentemente de lo que pensamos. En realidad, casi nunca se han removido muchas tumbas de un cementerio, por alguna razón, sin que aparecieran esqueletos en posturas que sugieren la más espantosa de las sospechas.

La sospecha es espantosa, pero es más espantoso el destino. Puede afirmarse, sin vacilar, que ningún suceso se presta tanto a llevar al colmo de la angustia física y mental como el enterramiento antes de la muerte. La insoportable opresión de los pulmones, las emanaciones sofocantes de la tierra húmeda, la mortaja que se adhiere, el rígido abrazo de la estrecha morada, la oscuridad de la noche absoluta, el silencio como un mar que abruma, la invisible pero palpable presencia del gusano vencedor; estas cosas, junto con los deseos del aire y de la hierba que crecen arriba, con el recuerdo de los queridos amigos que volarían a salvarnos si se enteraran de nuestro destino, y la conciencia de que nunca podrán saberlo, de que nuestra suerte irremediable es la de los muertos de verdad, estas consideraciones, digo, llevan el corazón aún palpitante a un grado de espantoso e insoportable horror ante el cual la imaginación más audaz retrocede.

No conocemos nada tan angustioso en la Tierra, no podemos imaginar nada tan horrible en los dominios del más profundo Infierno. Y por eso todos los relatos sobre este tema despiertan un interés profundo, interés que, sin embargo, gracias a la temerosa reverencia hacia este tema, depende justa y específicamente de nuestra creencia en la verdad del asunto narrado. Lo que voy a contar ahora es mi conocimiento real, mi experiencia efectiva y personal..." Edgar Allan Poe

¿Por qué esto ahora? Porque el domingo, subido a la bicicleta estática, cogí el libro "Cuentos I" de Edgar A. Poe, traducido por Julio Cortázar, y releí este breve relato sobre el miedo a ser enterrado vivo. A este libro, cuyas hojas se han ido oscureciendo con el paso del tiempo, le tengo mucho cariño, es una de "mis pequeñas cosas", porque fue uno de los primeros que libremente me compré (1984) y que recuerdo que fui devorando relato a relato.

"William Wilson", "El pozo y el péndulo", "Manuscrito hallado en una botella", "El gato negro", "El retrato oval", "El corazón delator", "El tonel de amontillado"..., algunos no recuerdo muy bien de qué trataban, pero si recuerdo que estaban impregnados de la época y de la vida que le tocó vivir a Poe.

Quizá el mejor cuento es la propia biografía que escribe Cortázar al inicio del libro que, por momentos, te hace dudar si es real o es ficción lo que está narrando.

Lo dicho, una de esas "pequeñas cosas" que te acechan detrás de la puerta, que te tienen tan a su merced como hojas muertas...