domingo, 31 de agosto de 2008

El día más largo/El cumple de Manu

Todavía es agosto y me cuesta acostarme a una hora decente, así que si me paso de las 2:00 de la madrugada, luego lo pago al día siguiente. Y eso fue lo que me sucedió el viernes: 8:30 horas, abro mi ojo izquierdo (el derecho seguía enterrado en mi almohada) y veo en el despertador la hora. Pienso, "es viernes, por tanto, trabajo, y mi hora de entrada es a las 8:30". Se me agolpan las ideas mientras me incorporo y me dirijo al baño. No hay tiempo que perder.

Descarto el afeitado (el ser rubio tenía que tener alguna ventaja) y dejo el tránsito intestinal para otro momento. No bien he entrado en la ducha, cuando ya estoy secando mi curvilíneo cuerpo con mi toalla de rizo; se nota que no he olvidado el entrenamiento en un cuerpo de élite cuando serví a la patria, allá por los años 90, y en tandas de veinte, veinte esculpidos cuerpos, veinte máquinas de matar, nos duchábamos a la carrera en pleno desierto de los Monegros, a finales de un gélido mes de enero.

Me visto mientras el enjuague bucal destroza mis encías y salgo "echando mistos" a coger el coche. Son las 8:49 y estoy entrando en la oficina. Sólo está mi compañera Mª Carmen, por lo que no hay que dar explicaciones a ningún superior. Estas son las ventajas de vivir en una ciudad pequeña y estar a unos escasos 5 minutos en coche de tu lugar de trabajo.

Pero empezar un día así no es bueno. Primero porque estás en un estado de medio letargo hasta que te tomas el primer café y segundo porque estás deseando que pase la mañana para regresar a casa y recuperar la regularidad en el tránsito, ya que todavía no entiendo por qué en mi oficina los despachos están insonorizados y los baños se construyeron con pladur.

Acabo de comer y me voy al Mercadona, pues esta noche tenemos celebración en casa, el cumple de mi Manu, y me falta por comprar el pan, el hielo y alguna que otra cosa de última hora. Regreso y me está esperando el perro para que lo lleve a la peluquería, así que a la vuelta me paso por El Corte Inglés, porque viendo el panorama no voy a tener tiempo de preparar todo lo que había pensado, y compro unos langostinos cocidos que son muy socorridos y unos bígaros, que son muy entretenidos de comer.

Con esto llego a casa y me pongo a preparar la cena, a base de "pulguitas", lomo ibérico, queso, los langostos, los bígaros y, como me parece poco, improviso un bacalao dorado. Me voy a recoger al perro, lo tengo media horita en la calle y me pongo en serio a preparar los platos, pues son las ocho y hemos quedado a las nueve y media.

A la hora fijada comienzan a llegar los invitados: familiares y amigos. Finalmente también vendrán mi hermano Miguel y Mónica, que acaban de llegar de Italia, después de dos semanas en moto. Se les nota el cansancio de tantos kilómetros, pero están contentos con la experiencia.

Todo está preparado, incluso las mesas con los manteles de papel, pero estoy cansado, así que desaparezco, me doy una más que merecida ducha y me pongo una camiseta limpia, sin olor a cocina.

Viendo las sobras, las pulguitas de jamón ibérico bellota A. Mata y las mini-brochetitas de tomate cherry, queso de burgos y anchoas fueron los platos con mayor éxito. El bacalao al estilo de la abuela Paca, con sus gambitas, también tuvo aceptación, como los langostinos y las pulguitas de tortilla papas sobre tomate natural triturado. Yo me centré más en el sercreto con salsa roquefort (¡me cachis! se había agotado la pluma ibérica), estaba de vicio. Ah! El lomito ibérico también desapareció y el queso tampoco se quedó muy atrás.

¡Los bichos!, los trece que nos juntamos, se bebieron 27 latas de cerveza, más la Coca Cola y la Fanta, sólo respetaron el Vinho Verde, que lo he salvado para otra ocasión.

Después de la tarta (alguien dijo que era de la pastelería Ansorena y alguien comentó que se notaba, cuando, en realidad, la había cogido de la sección de refrigerados del Marcadona), la entrega de regalos, todos muy bonitos y acertados, y pasamos a las copas, así hasta las 2 y pico de madrugada, hora en la que se marcharon "los italianos", después de fotografiarme con el delantal que me habían traído con el cuerpo del David de Miguel Angel, con sus vergüenzas al aire.

Bendito invento el lavavajillas, que no puso reparos en acoger todos los platos, vasos y cubiertos que habíamos utilizados. Las 27 latas de cervezas y las botellas de Coca Cola Zero ya estaban en sus respectivas bolsas para ser depositadas al día siguiente en el contenedor amarillo. Y las sobras aprovechables regresaron al frigo dentro de sus tappers correspondientes.

Eran las 3 y estaba haciéndole unas fotillos a la muñeca Blythe que desde esa noche vive en nuestra casa, ante la atenta mirada de Yako que me miraba como diciendo si no era ya el momento de retirarnos a nuestros aposentos, después de un día tan largo. Pues sí, era el momento y nos retiramos los tres y dejamos a la Blythe en el salón, con cierto recelo por si se confirmaba el rumor de que estas muñecas recobran vida por las noches y te despiertan con sus enormes ojos.

Nada de eso ocurrió, el que recobró vida fue un servidor al día siguiente, a eso de las doce de la mañana, ya con mejor aspecto y con la satisfacción del deber cumplido, como cuando nos adiestraron y nos convirtieron en máquinas de matar en 1993...














jueves, 28 de agosto de 2008

Una de cine

Ayer fuimos al cine, con la mi hermana, que pasa unos días en su tierra, pero no caímos que era miércoles, día del espectador, por lo que la única opción que nos ofrecían era la fila 2, es decir, mirar hacia arriba y mover la cabeza de un lado a otro hasta que finalizase la película.

¿Y cuál era el film?

Pues "MAMMA MÍA". Desconozco de qué va, si han hablado bien o mal de ella, lo único que sé es que es un musical con canciones de ABBA. Pero me daba igual, el tema era ir al cine y aquí, con siete u ocho salas para más de 150.000 habitantes, el miércoles no es el mejor día para ir.

El resto de películas que están echando: una de Nicolas Cage disparando, Batman volando, el de la lista de Schindler buscando a su hija secuestrada, la momia 3,..., es decir, todas americanas y todas con los mismos temas de siempre.

Pero supongo que tenemos lo que nos merecemos, porque antes teníamos el doble de salas y no iba nadie al cine. ¿Que si es caro? Más caro es lo que te cobran por tubo de cristal arañado con cuatro peces de hielo, un chorreón de whisky garrafero y 15 cl. de cocacola.

Supongo que tendré que esperar a ir a Madrid en septiembre para ver "Una palabra tuya" o la que estrenan esta semana de Javier Cámara y Maribel Verdú o alguna otra española que esté todavía en cartel.

A mí siempre me ha gustado el cine español, a pesar de haberme tragado auténticos bodrios, cine subvencionado que dicen que es cultura y es infumable. Pero también he disfrutado con películas maravillosas como La Flaqueza del Bolchevique, Los lunes al sol, Princesas, Tesis, Volver, Te doy mis ojos, Amanece que no es poco, Flores de otro mundo, Atraco a las tres (la original), Tierra, Los Amantes del Círculo Polar, El Milagro de P. Tinto, Mar Adentro, Todo sobre mi Madre, El Verdugo,..., y muchas más. Curiosamente en ninguna aparece Elsa Pataky o Kira Miró, pero sí mi Candela Peña, Barden, Penélope Cruz, Tosar, Alberto San Juan,...



Alberto San Juan, genial:






En fin, que visto el panorama y la buena noche que hacía lo mejor era irse a picar algo a un terraza conocida y pasar un par de horas fuera de casa. Y eso hicimos.

Cuando llegué a casa era ya tarde, pero con esto del jet-lag vacacional, me cuesta coger el sueño, así que me entretuve descargando unas fotos de Pe del blog de Almodóvar y haciendo este montaje con las voces de los "abueletes" Sabina y Serrat, por poner algo más que palabras.



lunes, 25 de agosto de 2008

Pau, Rafa, Gemma,.., Parker!

Llego a casa a las 5:00 de la mañana y no sé si acostarme o quedarme levantado hasta las 8:30 que empieza el España-USA de baloncesto. Se me ha puesto mala leche, lo reconozco, y me recuerda a la misma mala leche que se me ponía cuando "serví" a la patria entregando nueve meses de mi vida y me tocaba hacer guardia de madrugada, la tercera imaginaria, que significaba levantarse a las 3:00 y vigilar el sueño de mis compañeros hasta las 5:00 h. Luego te acostabas y dos horas más tarde, cuando estabas en lo mejor, tocaban "diana" y, ¡ala! todo el mundo en pie.

Eso sí, recuerdo que era el mejor momento para ir al servicio con toda la tranquilidad del mundo, acompañado por el "arma reglamentaria" y con el discman (entonces no había iPods), que uno era muy profesional. No quiero ni pensar la situación si en ese momento nos hubiese atacado el enemigo.

Dejaremos la mili para otro momento, porque de lo que quería hablar es de lo bien que lo pasé viendo el partido de basket de ayer. Pau, Rudy, Ricky, Jiménez, Felipe Reyes, Raúl,..., la única pena es que estuviese lesionado nuestro extremeño Calderón. Por un momento pensé que podíamos ganar a los engreídos americanos, pero hay que recocer que ellos también sabían meterla. Y no es la primera vez que disfruto tanto viendo un partido de esta gente, porque ya nos han dado bastantes alegrías en los últimos años y el de ayer fue un partidazo.

Pero también es momento de reconocer lo bien que me lo estoy pasando este año con Rafa Nadal. París, Londres, Pekín, ¡vaya partidos! Otro, que pese a ser número 1 del mundo, no se ha cansado de repetir lo bien que se lo ha pasado con el resto de deportistas en la villa olímpica y representando a su país.

¿Y Gemma? Sí, la Mengual y el resto de chicas de la sincronizada. Reconozco que nunca me había parado a ver a estas chicas, pero el sábado, cuando vi lo que hicieron en la piscina, me quedé alucinado. Ver cómo se movían en el agua, al ritmo de la música, ahora levanto una pierna, ahora tiramos por los aires a una compañera, ahora..., y ¡sin hacer pie!, para uno que le tiene bastante respeto al agua, me pareció increíblemente bello (esto último, léase con acento Boris).

Pero también he disfrutado con las chicas de tenis, Ruano y Medina, en los dos partidos previos a enfrentarse a las culonas hermanas Williams; con la carrera de Llaneras (reconozco que no tenía ni idea de cómo se corría en ese tipo de pruebas); y con la final de baloncesto femenino entre USA y Australia. Ganaron las americanas y me impresionó cómo jugaron, cómo se movían y como ha cambiado el modelo de jugadora. Antes, la que era "tocha" era como una "Tachenca" de la época, es decir, pesada, con movimientos lentos y femenina como una lanzadora de peso de la antigua RDA. Ahora, para nada aparentan la altura y la envergadura (con perdón) que tienen, pues se mueven a una velocidad que ya nos gustaría a más de uno y tiran mejor que yo en sueños. Ah! Y, de nuevo, como diría Boris, increíblemente bellas, como Candace Parker, la número 15, la niña bonita.

En fin, que ya han terminado los Juegos y ahora a esperar que dentro de ocho años podamos verlos en Madrid. Yo me apuntaré como voluntario, a ver si tengo suerte y me eligen como a esos 80.000 chinos, del millón de voluntarios, que han utilizado para ir llenando los pabellones y estadios ante la falta de público, aunque me toque tener que animar a los de Zimbawe o a los de las Islas Fidji.










En verso

Tanta prosa, tanta prosa, voy a ver que tal se me da en verso:

Me paso la vida pensando
en lo bueno y lo malo
mi mente está triste
me siento algo extraño
mi cuerpo se agota, mi alma lo nota
de ver en el mundo
mentiras de otras bocas
la loca envidia que trae la mentira
palabras tan falsas
que por mi mente pasan, hoy pasan.

(sigo porque le voy cogiendo el gustillo)

El tiempo se pasa y los años me cansan
me enervan mentiras
que trae gente vana
el tiempo está en vilo
yo sé que me pasa, mentiras, palabras
y todo es una farsa
tengo un momento de ansias mundanas
quisiera decir lo que siento
en mi alma
que la vida pasa, hoy pasa.

(uf, este me ha costado más, pero sigo a ver qué sale)

Y en mi, y en mi, y en mi
y en mi mundo nuevo te voy a olvidar
las aventuras que he podido vivir
y en mi, y en mi
no aguanto más historias así
...y en mi.


¿Y si le pongo música? ¿Jota aragonesa? No, no le pega, pero quizá ésta y con voz de chica...





jueves, 21 de agosto de 2008

Me detengo en las miradas...


"COMO QUIEN DA UN REFRESCO"

(Manolo García)

Me detengo en las miradas,
me escapo detrás.
Son como bandadas de grises palomas.
Azules, rojas, de todos los colores.
Sólo busco refrescar estos calores.
Me detengo en las miradas.
Con los ojos que me miran
me puedo escapar.
Sólo busco fijar esos vivos momentos.
Miradas limpias o pálidas miradas.
Sólo busco alegrarme la mañana.
Te confieso que no atino
a encontrar la calma.
Nada ansío más
y es lo que menos tengo.
Se va el alma silenciosa por la ventana
detrás de algunos ojos azul sediento.
¡Ay! del que se enamora hasta en un desierto.
Dame descanso como quien da un refresco.




Tu mirada vuela. Vuela, calma, vuela.
En las calles es una flecha que alivia el tiempo de los poetas.
Tu mirada vuela. Vuela, calma, vuela.
En las calles es una flecha que alivia el tiempo de los poetas.
Me detengo en las miradas.
Me escapo detrás.
Busco en ese mar d e miradas perdidas.
Azules, verdes, de todos los colores.
Son tan libres como li br es son los hombres.
Me detengo e n las m iradas.
Que el amanecer me en cuentra siempre despierto.
Que me desvela el ha mbre que de ti tengo.
Se va el alma silenciosa por la ventana.
Se va detrás del lucero de la mañana.
Dame descanso como quien da un cigarro.
Tu mirada vuela. Vuela, negra, vuela.
En las calles es una flecha que alivia el tiempo de los poetas.
Tu mirada vuela. Vuela, negra, vuela.
Es la flecha que hiere el tiempo.
Que lo detiene, que lo hace espeso.
Que lo detiene, que lo hace eterno.
Tu mirada.
Tu mirada.
Tu miradaaaa...


miércoles, 20 de agosto de 2008

De dolores , lloros y miserias.

Acabo de ver las estrellas: la Osa Mayor, la Osa Menor e, incluso, creo haber visto hasta a un par de Osos calvos, con barbas y tirantes negros paseando de la mano y todo por un pequeño corte que me hice en un dedo el pasado domingo cortando...jamón (vale, no era jamón, era una sencilla cebolla). Eché Betadine a chorro y me puse una tirita, pero, cosas de la vida, creo que se me ha infectado, porque lo tengo un poco hinchado y me duele. Así que me he armado de valor, he apretado todo lo que he podido y he vuelto a echar Betadine (a chorro). Espero que todo quede en "un susto" y no me vea de nuevo con el pijama con los colores del Servicio Extremeño de Salud, esos que te dejan el culillo al aire.

Esto me sirve para recordar que cuando era pequeño, una caída, un corte mucho mayor que éste, se curaba con un poco de agua oxigenada, "mercromina" y, sobre todo, gracias a que tu madre soplaba sobre la herida. Desconozco el poder curativo del aliento materno, pero aseguro que servía para cortar el dolor de raíz y la herida cicatrizaba rápidamente.

Exageraría si dijera que una húmeda lágrima se ha deslizado por mi terso moflete derecho, enjugándola con un pañuelo de papel, porque, aunque no lo parezca, yo soy de lágrima fácil, pero no con el dolor. Lloré con Forrest Gump, con Philadelphia, con el soldado Ryan,..., lo mismo la culpa es de Tom Hanks, no sé.

No hace mucho una persona que me quiere bien y me conoce mejor me recordaba cómo le sorprendió que el día que falleció mi padre no lloré, ni siquiera durante el velatorio o en el momento de darle sepultura. Pues sí, no lloré, pero eso no significa que no lo sintiera como el que más o incluso más que muchos que "montan el numerito" delante del féretro y que parece que nunca podrán superar la pérdida.

Nadie sabe lo que lloré cuando estaba solo, cuando recordaba momentos vividos o cuando salí del hospital camino del trabajo con la noticia fresquita de los escasos 30 días que le daban de vida a mi padre.

Y como digo mucho últimamente, me da igual que me da lo mismo lo que piense la gente, yo sé lo que siento y no creo que nunca monte un número por la muerte de un ser querido, aunque nunca se puede decir que de este agua no beberé.

También recuerdo ahora otro duro golpe que me produjo una sensación difícil de describir, que creo que sólo la puede conocer o comprender el que haya sufrido un accidente de tráfico y se encuentre, segundos después del suceso, bañado en sangre, sin una pizca de dolor, pero con tu compañero al lado muerto en el acto.

Tampoco lloré en esos momentos, ni después, pero sólo yo sé el dolor que me produjo la muerte de José Manuel, pues aunque llevábamos poco tiempo juntos en el trabajo, habíamos congeniado muy bien y teníamos una muy buena relación. Se supone que yo tuve la suerte de cara en aquel momento, y digo se supone porque en muchos momentos de nuestra vida te planteas si realmente merece la pena vivirla o no.

Pues como decía Woody Allen al comienzo de Annie Hall, "la vida está llena de soledad, miserias, sufrimiento, tristeza y, sin embargo, se acaba demasiado deprisa" o como decía en Hannah y sus Hermanas, ¿por qué no dejamos de hacernos preguntas de difícil respuesta y nos limitamos a disfrutar de la vida, de lo bueno que tiene, ya que todos sabemos que sólo vamos a vivir una vez?

Tengo puesta la tele, estoy viendo las imágenes del accidente aéreo de Madrid y me estoy preguntando si ese es el peaje que tenemos que pagar para poder disfrutar de buenos momentos en nuestra vida, si para llegar a vivirlos tenemos que pagar con momentos duros y tristes. Creo que sí, que este corto o largometraje personal que protagonizamos cada uno es así.







martes, 19 de agosto de 2008

Confiar en alguien

Yo te imagino dormido si vuelvo a casa muy tarde
lo cierto es que no me acostumbro a dormir al lado de nadie
cerrar los ojos y abandonarse
no pongas un precio que no puedes pagar
no quiero marchantes de arte
no estuve en el casting de estrellas de rock
no soy marioneta en este baile

Sentirse sola, sentirse aparte
prefiero vivir a mi manera
eso no hace daño a nadie
solo quiero que me entiendan
déjame vivir a mi manera
necesito que me creas
necesito confiar en alguien

Yo te imagino dormido si vuelvo a casa muy tarde
lo cierto es que no me acostumbro a dormir al lado de nadie

Siempre me voy, siempre a ninguna parte
mi vida es un vuelo sin motor

Aún así quiero vivir a mi manera
eso no hace daño a nadie
pero quiero que lo entiendan
déjame vivir a mi manera
necesito que me creas
necesito confiar en alguien
necesito confiar en alguien

Siempre me voy, siempre a ninguna parte
mi vida es un vuelo sin motor

Aún así quiero vivir a mi manera
eso no hace daño a nadie
solo quiero que lo entiendas
déjame vivir a mi manera

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"Waitin' on a sunny day"

Son muchas las canciones de Bruce Springsteen que me gustan, pero pongo ésta porque la he escuchado recientemente en TV en un video con imágenes de las Olimpiadas de Pekín.

Ah! Y la próxima vez compro las entradas para el concierto de Bruce, aunque sea con seis u ocho meses de antelación, me da igual, no me pierdo el gustazo de estar ahí escuchando y cantando (aunque sea "por fonética") estas canciones. Y digo por fonética, porque no sé si será mi oído o su acento, pero hasta con la letra delante me es difícil seguirle.



Otras imágenes de la misma canción:

http://es.youtube.com/watch?v=vTXQQd17RV4

Vacaciones (y 2)

Mentiría si dijera que me acabo de incorporar al trabajo con las pilas cargadas y con energías renovadas después de mis quince días de vacaciones. Pues no, las pilas hace tiempo que no las miro y de energías renovadas o renovables, pues como que tampoco. Lo que sí noto es cierta presión en la cintura del pantalón, seguramente porque llevaba más de dos semanas con camisetas y polos "por fuera" y con pantalón corto con elástico lateral y, al menos, media docena de bolsillos. También noto cierta presión en los zapatos, normal si tenemos en cuenta los días que llevo con zapatillas y chanclas.

Por lo demás, todo lo he encontrado como lo dejé, es decir, las bandejas con papeles, el PC, la impresora, 179 correos no leídos (el 95% spams de Viagra y Casinos, ¿sabrán también mi edad? que me envían gente como Rosalind Lester o Ashlyn Patel o Royal Casino ¿?),..., todo a excepción de la ya habitual desaparición de mi calculadora, que misteriosamente emigra en vacaciones a la mesa de los comerciales, y del montoncito de cartas acumulada en 15 días y que me dispongo a abrir esta mañana.

Lo que sí he conseguido, un año más, es dejar pasar el tiempo durante estas vacaciones. He terminado un libro ("El Mundo Amarillo", el listón lo puse bastante bajo, lo reconozco, eran pocas páginas) y he empezado otro ("Ventanas de Manhattan"), he leído El País y otro periódico (La Voz de Almería, Marca, El Mundo,...) a diario, un sudoku al día en la playa para ejercitar la neurona, nuevas presentaciones de fotos con nuevas músicas en el portátil, he recuperado fotos antiguas de las que hacía con la Canon Eos y tengo en papel o diapositivas, sólo he visto una película que tenía ganas de volver a ver ("Sueños de Seductor", de Woody Allen, que conseguí ver acompañado de mi Manu en la terraza de la habitación del hotel, una madrugada de agosto, y que le gustó pese a la resistencia mostrada al principio), varios capítulos de la última temporada de Mujeres Desesperadas (me encanta la voz en off del principio y del final de cada capítulo narrando lo que pasa dentro de las casas de Wisteria Lane), he disfrutado de las aguas en su punto del Cabo de Gata, de la cervecita fresquita, del heladito, de los puestos de ¿artesanía? de la playa y del cuento que tienen los hippies argentinos que los regentan,..., en definitiva, nada especial, pero lo justo para desconectar durante unos días.

Para eso están las vacaciones y qué mejor que combinar unos días en una zona de playa tranquila con otros en un pueblo pequeño fronterizo con Portugal, donde lo único que puedes hacer es salir con tus cuñados a tomar las cañitas al mediodía y por la noche, comer buena comida casera y pasar el tiempo con la familia.

Aunque también echo un poco de menos el preparar la trolley cabina y escaparme cinco días a alguna ciudad europea. Este año tocaba Florencia y Roma, pero guardaremos los apuntes y la guía para más adelante, aunque todavía no descarto una escapada a Dublín o a Berlín antes de final de año, que para eso me quedan unos días más de vacaciones.

Porque el viaje a Lisboa de junio me supo a poco y me traje una imagen bastante mala de la ciudad. No sé si sería el día, el estado de ánimo, el que fuera muy improvisado,..., no sé, pero tengo que volver pronto a Lisboa porque hay que cambiar ese recuerdo por el que tenía de anteriores visitas. Así que hay que regresar pronto (ahora tenemos el puente del Día de Extremadura) y volver a disfrutar de esos rincones con encanto de la ciudad y descubrir sitios nuevos, porque me traje una sensación bastante triste de Portugal.

Ya sé que lo extraordinario hubiera sido traerse una imagen alegre, porque Portugal siempre lo he relacionado con tristeza, melancolía, ritmo lento, decadencia,..., pero creo que esa misma dejadez es la que siempre me ha gustado de este país.

Ahora estaré unos días "de rodríguez" (qué añeja y caduca suena esta expresión) o de "temporary single" que suena más actual, así que tengo preparadas unas películas para estas noches que pienso ver solo, acompañado quizá de alguna cervecita o alguna tarrina de helado (¿de yogurt? ¿de choco con trocitos de chocolate?), eso sí, después de haberme dado una buena caminata con el iPod para soltar lastre y de haber sacado un ratillo a mi perro.

¿Que qué películas?

Pues este verano tengo mono de Bogart. Hace años vi casi todas sus películas, sobre todo las de cine negro: Casablanca, Horas Desesperadas, Sabrina (ainsss! con Audrey Hepburn), El Motín del Caine, La Reina de Africa, El Halcón Maltés,..., pero las que tengo ganas de volver a ver es Tener o no tener (con sus diálogos y su química con Lauren Bacal) y El Sueño Eterno (donde hace el papel de Philip Marlowe, detective duro de los de antes, con dos coj..., sin coreografías saltarinas tipo Chaki-Chan o como se escriba). Supongo que para más de uno será un plan más que aburrido, pero a mí me da igual y más teniendo en cuenta que tus amigos están fuera, que a esas horas no juega la selección de baloncesto y que Nadal ya no está en Pekín). Y para el jueves, si no hay cambio de planes, tengo dos que ya veré dependiendo del estado de ánimo: Extraños en un tren, de Alfred Hitchcock, basada en una novela de Patricia Highsmith o Lost in Translation, que ya he visto un montón de veces pero que me gusta más cada vez que la vuelvo a ver: las imágenes de Tokyo y los protagonistas con la banda sonora de fondo, los momentos de diálogos entre Scarlett y Bill Murray, los "momentos Suntory", los momentos karaoke, la despedida,..., porque para ver lo que está en la cartelera de Badajoz, pues mejor me quedo en casa.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Provocando sueños

La 1:35 de la madrugada, escucho Waitin' on a Sunny Day de Bruce Springsteen y espero a que empiece el partido de la España de Pau ante la Alemania de Nowitzki. No sé si aguantaré despierto hasta las 03:00 horas y si luego podré ver el partido completo o me retiraré antes a mis aposentos.

Mientras me entretengo leyendo un blog y escribiendo en el mío, ¿sobre qué?, pues sobre los sueños.

De pequeño recuerdo que tenía enormes pesadillas que me atormentaban y no me dejaban dormir, sobre todo recuerdo aquella en la que yo era como el muñeco andarín del juego Echocrome de la PSP, caminando siempre por un precipicio hasta caer al vacío. Todavía me acuerdo de lo mal que lo pasaba.

Pero todo se supera y creo que me ayudó bastante el provocar sueños. ¿Y esto que es lo qué es? Pues adoptar la posición fetal y pensar en alguna situación bonita que te gustaría vivir. Por ejemplo, hace muchos años, pese a mi torpeza con el balón, subía y bajaba la banda derecha del Bernabéu como alma que lleva el diablo. ¡Ríete de Sergio Ramos! Era mucho más veloz y tenía un centro como el de Beckham (Ramos utiliza más la uña que el empeine), medido a la cabeza del delantero de turno: Santillana, Hugo Sánchez, Butragueño,..., además siempre jugaba pocos minutos, cuando la cosa estaba complicada y ahí estaba yo, un par de carreras, un par de centros, un par de goles como dos soles, un par de coj... si había que entrarle duro a la estrella contraria y un sueño dulce que me duraba hasta la mañana siguiente.

Pero no sólo le sacaba las castañas del fuego al Madrid en el Bernabéu, también acompañaba a Corbalán, Fernando Martín, Romay, Itu, Robinson, Brian Jackson, Rullán,..., era como el gran Mirza Delibasic, las enchufaba que era un gusto, en suspesión, por no hablar de aquellos contraataques contra los soviéticos del CSK de Moscú o los siempre puñeteros italianos. Daba gusto verme jugar y verme dormir después de aquellos minutos de gloria. Recuerdo vagamente mi salto a la NBA de Magic Jonhson, Kareen A. Jabbar, Larry Bird, Robert Paris, McHale, Worthy, Scott, Cooper,.., yo era de los Lakers, pero con Larry Bird la admiración era mutua (jejeje, me gusta esto último).

Tampoco me defendía mal en la montaña, lo puede asegurar Perico, con esos demarrajes cuando la carretera se empinaba, siempre trabajando para el equipo y para un joven y todavía desconocido Indurain.

¿Y el tenis? Lo que disfrutaba jugando en hierba con una raqueta de madera y haciendoselas pasar canutas a John McEnroe o a Ivan Lendl o a los suecos de la época. ¡Qué tiempos aquellos! Entonces no existía la posibilidad de soñar dando clases a Scarlett, porque Woody rodaba películas como Manhattan, Annie Hall o Hannah y sus hermanas, aunque reconozco que Diane Keaton tenía su encanto.

Así que no sólo de deporte se nutrían aquellos sueños, porque en más de una película me colé y siempre pensaba que si Bogart, bajito y feo, había tenido tanto éxito siendo él mismo, por qué yo no iba a triunfar siendo yo mismo, siendo además un poco más alto y quizá un poco menos feo. Ainss! ¡Qué momentos con Audrey Hepburn en Tiffany & Co!

Con los años los sueños van cambiando, te olvidades del deporte, sobre todo cuando descubres que Zidane o Raúl o Felipe Reyes o Calderón son más jóvenes que tú y eso frustra mucho. Ahora te conformas con viajar, con imaginar situaciones bonitas con las personas a las que quieres o con llegar a la oficina del banco de turno, quitar la hipoteca y decirles con la mirada y los labios de Bogart: "hasta nunca, muchachos".

Pero hay veces que de forma involuntaria sueñas con situaciones que nunca se te ocurrirían, como un sueño que tuve hace poco, en el que me detenía en una calle cualquiera de un sitio cualquiera a contemplar un cartel que anunciaba la nueva VESPA Iris 2, que era una versión renovada (modelo vintage, como se dice ahora) de la amada Vespa Iris de los años 80, que tan feliz me hizo esos años. Todavía pienso cómo pude visualizar en sueños, con todo lujo de detalles, un modelo de Vespa que no existe. Pero lo que todavía me emociona es recordar que me giré para llamar la atención de alguien que venía conmigo y resultaba ser mi padre. Y ahí estaba él, como lo recuerdo siempre, con aspecto saludable, nada que ver como cuando un puto cáncer se lo llevó por delante en un par de meses.


martes, 12 de agosto de 2008

Vacaciones I (La Playa)

Me gusta Almería, me gusta el Cabo de Gata, me gustan las playas tranquilas, sin sandías en enterradas en la arena para que se refresquen, sin cristianos ronaldos jugando a dar pelotazos junto a las sombrillas, me gusta el agua transparente, con pececillos, que te veas los pies, sin algas en la orilla, con olas que no te den revolcones, por eso me gustan las playas del Parque Natural del Cabo de Gata.

Así que este año de crisis, dejamos los "vuelings" para otro momento y nos fuimos 7 días 7 a desconectar de la rutina de todo el año y, sobre todo, dejar pasar el tiempo sin prisas y sin planes.

Estas son las playas que más me gustan, la del Monsul (por la que corretearon Indiana y su padre en La Ultima Cruzada) y las dos calas que están junto a ella y así estaban este año:











Ah! Y ver una película de Mr. Bean
en San José, en la plaza, de noche, mientras te tomas un helado de mojito no es algo que pueda decir todo el mundo.