miércoles, 27 de mayo de 2009

F.C. Barcelona, 2 - Manchester United, 0

Enhorabuena.

(para que luego digan que los madridistas no sabemos reconocer los méritos de los equipos que vienen detrás).


"Ao Longe O Mar"

Porto calmo de abrigo
De um futuro maior
Porventura perdido
No presente temor
Não faz muito sentido
Não esperar o melhor
Vem da névoa saindo
A promessa anterior
Quando avistei ao longe o mar
Ali fiquei
Parado a olhar
Sim, eu canto a vontade
Canto o teu despertar
E abraçando a saudade
Canto o tempo a passar
Quando avistei ao longe o mar
Ali fiquei
Parao a olhar
Quando avistei ao longe o mar
Sem querer deixei-me ali ficar

Madredeus (Voz: Teresa Salgueiro)

(el vídeo se corta en el minuto 2:50, pero merece la pena)

viernes, 22 de mayo de 2009

La camiseta de Zarra

Creció conmigo y siempre estuvo ahí, en los buenos y malos momentos, siempre dispuesta, sin pedir nada a cambio. No le pesaban los años, pero su "piel" mostraba el paso del tiempo. Tanto desgaste le había producido alguna que otra cicatriz, algún que otro roto, pero ni a ella ni a mí parecían importarnos.

Desconozco las horas, los días, los meses, los años que pasamos juntos, pero fueron muchos y siempre estuvimos muy a gusto, nunca hubo problemas. Los primeros tiempos salíamos juntos; los últimos, cuando su aspecto le obligaba a permanecer en casa, también los pasamos juntos, en casa o en el campo.

Pero un día, sin avisar, se marchó para siempre, sin decirme adiós, sin darme la opción de preguntarla "¿por qué?". Notaba su ausencia y no entendía su desaparición, hasta que un día mi Manu me confesó todo: no soportaba su presencia y la echó fuera de casa.

Ha pasado tiempo desde aquel luctuoso suceso, pero el pasado miércoles, mientras veía cómo los cachorros de San Mamés caían ante las huestes de Guardiola, me acordé de ella, de mi camiseta de Coronel Tapiocca.

Quiero recordar que fue mi primera compra en esa tienda, calculo que yo tendría veinti y muy pocos años cuando la compré, azul, con el texto Coronel Tapiocca en el pecho y el perfil del citado aventurero. Lo que viene a ser un básico.

Pues esta camiseta me acompañó muchos años, se fue adaptando a la evolución de mi cuerpo, yo diría que también ella aumentó de talla y en lo últimos años era parte de mis vestuario cómodo "de estar por casa", ya con algunos rotos provocados por tantos lavados.

Hasta que un día la eché en falta y al interrogar a mi Manu, ésta se derrumbó y confesó que la había tirado a la basura sin decirme nada. Reconozco que me llevé un disgusto, porque soy una persona que le gusta guardar cosas, quizá demasiadas, pero que con el paso del tiempo van adquiriendo un valor personal difícil de entender por los demás.

Por eso no comprendo a las personas que no conservan pequeños objetos, pequeñas cosas, que le traigan a la memoria buenos momentos. En el libro de los amarillos de Albert Espinosa cuenta que le gustaría que todos, antes de dejar este mundo, preparásemos una cajita con esas pequeñas cosas que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida. En mi caso, con principio de Síndrome de Diógenes, necesitaría un contenedor verde, otro amarillo y un par de los de reciclaje de papel, por lo menos.

De esta manera, el que abra esa cajita podrá disfrutar de las cosas a las que el finado en algún momento de su vida le dio mucha importancia e incluso sorprenderse al descubrir algún aspecto de esa vida que desconocía. En mi caso, seguramente, estaría mi bolsita de tela verde que me hizo mi madre hace más de treinta años para guardar los bolindres (canicas) con los que jugaba a diario en el colegio, los sábados en casa de mis abuelos y los domingos en el campo, y que todavía conservo junto a los bolindres en uno de los cajones de la mesilla.

Seguramente también hubiera guardado mi camiseta de Coronel Tapiocca, ya convertida, gracias a la moda, en objeto vintage, lo mismo que la cámara de fotos Yashica de doble lente, heredada de mi padre, y más cosas que todavía es pronto para seleccionar.

¿Y por qué me acordé de la camiseta viendo la final de la Copa del Rey?

Pues porque mi madre recordó con bastante pesar el momento en el que, en un arranque de limpieza extrema, no supo apreciarv el valor que para mi padre tenía el conservar la camiseta intercambiada con Telmo Zarraonaindia "Zarra" en sus años de futbolista, y el enorme disgusto que supuso para él la pérdida de tan querido recuerdo.

Ahora pienso que si me hubiera confiado su custodia, esa camiseta de Zarra luciría en un lugar destacado en mi casa, siempre que a mi Manu no le diera un brote de limpieza extrema, claro.


"Lucha de gigantes"

...siento tu fragilidad...

sábado, 9 de mayo de 2009

Las lágrimas de Celia

Para mí, el mejor jugador del mundo. Tenía estos vídeos en favoritos y no encontraba el momento de publicarlos. Después del celebrado gol de Iniesta y el post anterior en el que puse un vídeo de Zidane, recordé que tenía guardado uno con la despedida del Bernabéu a uno de los mejores jugadores que por ahí han pasado.

Muchos lloraron esa tarde, no sólo su familia. Todos los que disfrutamos de la clase del gran Zizou, incluida la pobre Celia que tuvo la oportunidad de preguntarle cuando se marchaba al vestuario.

Ahora que parece que volverá Florentino, el de los Zidanes y Pavones, no sería mala cosa que mirase a la cantera, lo mismo entre tanto pijillo rubio encuentra algún pequeño Zidane, como Enzo.





jueves, 7 de mayo de 2009

Andrés

Ayer ocurrió algo en Badajoz muy difícil de explicar, lo que en su momento hubiéramos llamado un Expediente X. Así ocurrió todo:

Un cuarentón (muy bien conservado, todo sea dicho, y bien parecido) estaba viendo el partido "Chelsi"-Barcelona rodeado de aficionados del Barça. Todo discurría con normalidad, el "Chelsi" ganaba y el equipo catalán estaba eliminado de la Champions.

Ete aquí que cuando faltaban apenas un par de minutos para la finalización del encuentro (las jarras de cerveza ya estaban vacías, lo mismo que el picoteo), apareció en la pantalla un manchego llamado Andrés que a pase de Messi chutó sin pensárselo desde fuera del área y batió al portero checo de la chichonera.

Fue una explosión de júbilo, mi amigo Antonio saltó de la silla y empezó a brincar como poseído en medio del bar, junto al resto de los que allí estaban, excepto un servidor que, haciendo gala de una flema británica que ni el mismo príncipe Charles, permanecí sentado observando la carrera incontrolada por la banda de un eufórico Guardiola.

Hasta ahí todo normal, pues todo el mundo sabe de mi madridismo de nacimiento, pese a que unos Reyes despistados un año me trajesen la "elástica" del Betis, pero ese es otro tema. Decía que era normal, pues antes del partido Antonio me preguntó que qué iba a hacer si marcaba el Barça. "Nada", le contesté. ¿Y si marca el "Chelsi"?, insistió con agudeza y curiosidad. "Nada", le reiteré, "por mí como si se eliminan los dos".

De ahí el fenómeno extraño que ocurrió. Desconozco si fue provocado por el estado del secreto a la plancha que nos "jincamos" o las 3 jarras de cerveza por barba que habían caído (estábamos a 30 grados anoche en Badajoz, de ahí que el cuerpo pidiera el litro y medio de líquido), el caso es que mientras Antonio saltaba de su silla a lo Guardiola, yo empecé a aplaudir mirando la repetición del gol y la celebración de Andrés Iniesta quitándose la camiseta amarilla.

Sí, a aplaudir con estas manitas de uñas comidas, ¡aplaudí un gol del Barça!, ¡del equipo culé!, ¡del eterno rival!. Esta mañana al llegar al trabajo ya tenía 3 mails de estas 3 moscas cojoneras azulgranas que tengo por amigos, y uno de ellos decía "NO ME LO PUEDO CREER".

Pues sí, amigo Pitera, aplaudí, porque aunque no fue el mejor partido del Barça y aunque el "Chelsi" hizo muy bien su partido, hay que reconocer cuando un equipo juega bien y el Barça este año lo está haciendo bien.

Así que, como buen madridista y buen raulista, me alegré de la victoria del Barcelona, pese a lo pesaos que estuvisteis el lunes con el sorprendente 2-6 del sábado pasado.

Lo dicho, veré la final y si marca el Manchester no diré nada y si marca el Barça, pues lo mismo, aunque si el que mete el gol es Iniesta, ¡quien sabe! lo mismo aplaudo como si fuera el propio Raúl, aunque, eso sí, sin levantarme y haciendo alarde de flema.

Ahí dejo el gol del de Albacete y un par de vídeos más para compensar.