Pues sí, en Polonia, como no se cansó de decir Andrés Montes en la SEXTA durante estas dos semanas que ha durado el Eurobasket.
Después de una primera semana en la que parecía que lo imposible, como era la eliminación de España en la primera fase, podía producirse en cualquier momento, la reacción del equipo después del partido ante Turquía nos llevó a disfrutar de nuevo con esta selección que en los últimos años lo ha ganado todo (por momentos, hasta pudo ganar a los americanos en Pekín).
Y el mejor, Pau. Menudo partidos finales, después de un verano sin entrenar, con un dedo roto y sin descanso después de ganar el anillo de la NBA con los Lakers.
La única pena fue la ausencia de Calderón, nuestro extremeño, que en más de un momento echamos de menos.
Furioso pétalo de sal La misma calle, el mismo bar Nada te importa en la ciudad si nadie espera. Ella se vuelve carmesí, No se si es Baires o Madrid Nada te importa en la ciudad si nadie espera. Y no es tan trágico mi amor, Es este sueño, es este sol Que ayer pareció tan extraño, O al menos tus labios.
Yo te entiendo bien, Es como habalrle a la pared Y tú podrías darme fe...
Furioso pétalo de sal La misma calle, el mismo bar Nada te importa en la ciudad si nadie espera. Y no es tan trágico mi amor, Es este sueño, es este sol Que ayer pareció tan extraño, O al menos tus labios
Yo te entiendo bien, Es como habalrle a la pared Y te imagino dando vueltas en el vecindario
Algo tienen estos años, que me hacen poner así Y decirte que te extraño Y voy a verte feliz.
Las casi 3 horas del concierto de Bruce Springsteen en Sevilla fueron inolvidables. Tuve que esperar 40 años para saber qué era realmente un concierto y para cumplir uno de mis sueños: ver al Boss en directo.
¿Que qué tiene que ver el Bruce con Beyonce Knowles? Pues nada, pero es una facilidad que tiene uno para relacionar cosas irrelacionables. Bueno, quizá sí tengan algo en común: mi amigo Tauro (de nuevo voy a omitir su nombre, no sea que se enfade).
Pues sí, mi amigo Tauro (el nombre está cogido al azar y no hace alusión ni a su fecha de nacimiento ni al tema astifino, todo sea dicho) es seguidor incondicional tanto de Bruce como de Beyonce, últimamente más de ella, seguramente por la respetable edad que calza.
Ayer me invitó a ver el partido del Madrid (cuando digo Madrid, me refiero, por supuesto, al Real Madrid, no otros equipos de la capital, como el Rayo, Getafe, Atlético Parla, Atlético Pinto o Atlético de Madrid) contra el equipo suizo, donde Raúl volvió a marcar como sólo él sabe hacerlo. Me tenía preparado el sillón frente a las 42 pulgadas de lcd, la cervecita fresquita de barril y una sorpresa.
Así que ahí estaba yo, sentado en el sofá, con la cerveza en la diestra y tapándome los ojos con la siniestra, siguiendo sus instrucciones, mientras llegaba la sorpresa: Beyonce balanceando las caderas al ritmo de la versión inglesa del "Paco, Paco, Paco, Pacopaco,..."
El muy zorro me utilizó, por mi conocida admiración por Beyonsí, para darle al ojo sin pestañear viendo los movimientos de la diosa, cosa que quedó clara por la facilidad para encontrar sus vídeos y por el conocimiento minucioso que tenía de cada uno de ellos.
Yo, con esa flema británica que me caracteriza, le dije que apartara ese cáliz de mí y que pusiera de nuevo el partido, que había venido a ver al Madrid, no a la diva de ébano.
No bien había pitado el final del primer tiempo el árbitro, cuando mi amigo Tauro, con una destreza asombrosa, cambiaba de nuevo a los vídeos de la deidad negra, visionando esta vez el de su canción "If I were a boy".
- ¡Atento, atento!, exclamó presa de un ataque de ansiedad incontrolado.
- Mira lo que ME dice ahora: "¡cómeme!, "cómeme"!, insistía mi amigo en un estado entre ansiedad y subidón de hormomas, impropio de un padre de familia cuarentón.
- Me dice "¡cómeme!", repetía emocionado, casi entrando en éxtasis, a punto de levitar sobre el sofá y ante la mirada incrédula de su señora, mi señora, su hija heredera y la de un servidor, que intentaba sin éxito distraer su atención, que recogiese las órbitas de sus ojos golosones y que dejase de protagonizar tan bochornoso espectáculo.
Y con esta escena vivida cierro el círculo entre Bruce y Beyoncé. Si algo se llevó claro Springsteen de Sevilla, además del calor que hizo esa noche, fue el escaso nivel de inglés de los que asistimos al concierto, entre los que me incluyo, aunque un servidor se había preparado los estribillos y los momentos en los que cantaba el título de la canción. Y entre los que también incluyo a mi amigo Tauro, que llevaba las últimas noches soñando con la carita angelical de la diosa felina susurrándole "¡cómeme!", "cómeme!", cuando en realidad, la buena mujer, lo que estaba diciendo era commitment, que suena parecido, pero que significa compromiso, no "que me comas toa enterita", como soñaba ingenuamente nuestro Peter Griffin extremeño.
En fin, que después de tanto rollo y para que no le quede mal sabor de boca, como homenaje ahí va el vídeo de Beyonce Knowles diciendo "¡cómeme!, ¡cómeme!" y el de los U2 cuando nos decían "te traigo pasta, huevón!":
Aclaración: una vez más quiero dejar claro que mi supuesta admiración por Beyoncé no deja de ser una broma que se ha prolongado en el tiempo y que tuvo su origen en los primeros tiempos de la serie "Aquí no hay quien viva" y, más concretamente, en los sueños de un seductor del padre del portero de la serie. Dicho queda.
Llevo toda la vida escuchando que las personas mayores se van volviendo niños. ¡Qué gran verdad y qué lástima al mismo tiempo!. Lástima porque vas viendo que tus amigos se van haciendo mayores y empiezan a chochear. A unos les da por una cosa y a otros por otra.
Cuando emitían la serie "V" por TVE, hace titantos años, mi hermana Geli nos martirizaba a mi hermano Miguel y a mi preguntándonos cada pocos minutos si nos gustaba la serie: "Míe, ¿a ti e tuta V?" o "Kike, ¿a ti e tuta uve?". Daba igual si la contestación era positiva o negativa, porque minutos más tardes te miraba y volvía a decir: "Míe, ¿a ti e tuta V?" o "Kike, ¿a ti e tuta uve?".
Y así pasábamos la tarde del sábado, viendo los lagartos de la serie y escuchando el soniquete de mi hermana.
Pues algo parecido le está pasando a mi amigo TAURO (voy a mantener el anonimato, no sea que le siente mal). Hace unos meses estábamos en su casa y de pronto cogió el portátil (una vulgar PC compatible) y me buscó en el "yutube" a un tal Ludovico Einaudi. "Seguro que no has escuchado en tu vida nada me igual", me dijo mirándome con ojos golosones y asintiendo con la cabeza.
Pues no, no había escuchado nada igual, supongo que le dije, pero hay que entender que un sábado, después de ver un partido del Madrid, de cenar, de tomar unas cervecitas y con un brugal con cola y un poquito de limón exprimido, lo que menos te apetece es escuchar a Ludovico Einaudi, digo yo.
Pues bien, el fin de semana siguiente (o el posterior, no recuerdo), de nuevo la misma escena: saca la vulgar PC compatible y me vuelve a preguntar: "Kike, ¿conoces a Ludovico Einaudi?", y sin tiempo a digerir la pregunta, ya le había dado al play y comenzaban a escucharse las primeras notas del compositor italiano.
De nuevo asentía con la cabeza mientras sus ojos golosones se clavaban en los míos, creando una atmósfera con una carga erótica tal que para sí quisiera el propio Julio Médem.
Desde entonces han sido varias las ocasiones en las que el bueno de Ludovico ha aparecido en medio de nuestras reuniones, ya fueran en casa, en el campo o en la playa. Cuando estás más tranquilo, ¡zas!, los ojos golosones, el movimiento vertical de la cabeza y la pregunta: "Kike, ¿conoces a Ludovico Einaudi?.
Y cada vez que oigo el nombre del italiano se me viene a la cabeza el soniquete de mi hermana, cuando los sábados por la tarde nos interrogaba a mi hermano y a mí, sin importarle el signo de nuestra respuesta.
Pues para que nadie se quede sin conocer la música de Ludovico, aquí dejo un vídeo con imágenes de la admirada Kate Winslet.