sábado, 21 de noviembre de 2009

My City of Ruins

Estoy aquí escribiendo, cuando tendría que estar en El Corte Inglés comprándole un regalo a mi amigo Rafa, pero es que ¡tennnngo unos huevos!, y no porque lo diga yo, es que me gusta que me pille el toro siempre.

Mientras me duchaba, hace unos minutos, en Cadena Dial estaban Alejandro Sanz y Alicia Keys martilleándonos con su canción, como si no hubiéramos tenido sufiente la semana pasada, que raro era el día que no te levantabas con el soniquete del "oh oh oh, oh oh oh" de la bella Keys.

"Ya sabes la canción que vas a tener todo el día metida en la cabeza", exclamó mi también bella Manu.

Pues no, mira por donde que he salido de la ducha cantando, con una voz potente y desgarrada, My City of Ruins, además, en la versión en directo de ese sesentón que es ya nuestro Springsteen.

Yako me miraba como diciendo termina ya de planchar y deja de decir tonterías, que me tienes que sacar a dar una vueltita por el parque. Y yo, erre que erre, con el "come on rise up, come on rise up" y porque no tenía un saxo a mano, de lo contrario ríete de Clarence Clemons.

En fin, que van a dar las 11:00 y yo tendría que estar en el parque, terminando mi paseo perruno para ir a El Corte Inglés a por el regalo y sigo aquí, pero es que ¡tennnngo unos huevos!

Como para mis amigas, las celulas malas que tengo (o tenía hasta el jueves) alojadas en la punta de mi nariz, ¡sí!, en mis propias narices y yo dejando pasar el tiempo, como si por eso, si tienes "algo malo", te fuera a desaparecer por aburrimiento o por arte de magia.

Este verano estuvieron conmigo tomando el sol en Cádiz, viendo la colección de invierno en Madrid, de peregrinas hasta Sarria (a unos 100 km. de Santiago), en el trabajo, de copas,..., no se separaron de mí ni un solo instante y yo sin darme cuenta o sin querer darme cuenta, que es peor.

Hasta este martes, que con acento argentino me dijeron a la cara que lo que llevaba desde hace meses alojado en mi nariz era un "carcinoma...", ¡toma ya!, y sin anestesia, y mientras todavía no había digerido la palabra carcinoma, el dermatólogo seguía con "...basocelular, un tipo de cáncer..." (¡toma ya otra vez!) "... de piel pero que tiene buen pronóstico".

Menos mal que tiene buen pronóstico. Así que este jueves me pusieron la nariz como la de Miliki y el jueves que viene me la volverán a poner como un pepino, todo sea para que mis "amigas" desalojen mi nariz y me dejen tranquilo.

Quizá todo hubiera sido más sencillo si antes del verano hubiera ido al galeno, pero es que yo soy así, me gusta que me pille el toro, y es que ¡tennnngo unos huevos!

P.D.: me voy a comprar el regalo que ya llevo 15 minutos de retraso sobre el horario previsto.

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