domingo, 21 de diciembre de 2008

Personajes

"¿Y quién es este personaje?", esta es una frase que acuñó mi Manu hace tiempo para designar a aquellas personas que van por la vida pensando que son algo, intentando aparentar lo que no son y lo que seguramente nunca llegarán a ser. En cierto modo y en algunos casos, quizá los más simpáticos, podríamos decir que son la versión actual de los antiguos hidalgos que poblaban la España del siglo XVI y que literalmente se morían de hambre, aunque por su aspecto exterior aparentaban todo lo contrario, ser unos auténticos señores (o señoritos, que se eso sabemos mucho en Extremadura).

¿A qué viene este rollo? Pues estaba viendo El País y me he detenido en la noticia "Dos menús con estrellas", ilustrada con una foto del cocinero Sergi Arola, en la que mirando fíjamente a la cámara posa con un generoso plato blanco en cuyo centro podemos observar lo que ellos llaman "ración", es decir, lo que cualquier mortal entiende por "tapa" poco generosa.

Pues ahí tenemos a este personaje, representante de una generación de auténticos vendedores de humo (y de hidrógeno líquido) capaces de ofrecer una comida a base de tapas a precio de oro y de saber venderse tan bien que lo mismo participan en un reality televisivo o ejercen de embajador (?) de la candidatura de Madrid 2016.

Otros aparecen de pronto y no se pierden ninguna fiesta o sarao del famoseo más progresista-cultureta, "osease", aparecen de la mano de los Bosé, Ketama, Flores, Almodóvares, Izaguirres, etc, etc, como, por ejemplo, Pitingo.

Insufrible el disco que ha publicado en el que hace pedazos canciones clásicas, como el Yesterday de los Beatles, una versión (por llamarla de alguna manera) que perpreta y que titula, en un alarde de originalidad, "Ayer". Disco que me descargué para ver qué tal sonaba este "monstruo" de la música actual y que no tuve valor de escuchar en su totalidad. Eso sí, el personaje en cuestión viste de diseñador moderno (supongo que de David Delfín, como no, otro personaje) y gasta peinado de pelos de punta de peluquero de vena ancha.

Pero no hace falta irse tan lejos para encontrarse con estos "personajes". Seguro que cerca de donde vives habita algún "consultor" sesentón que combina pantalones de vistosos colores con un bronceado perenne todo el año, lo que vendría a ser un briatore de andar por casa, que disfruta dejándose ver por el Rincón del Gourmet de El Corte Inglés, saludando a los dependientes con una familiaridad propia del verdadero Flavio.

Eso sí, personaje, personaje, Don Álvaro de Marichalar, todo el día hermanando ciudades a lomos de su moto acuática o haciendo travesías por causas benéficas, como si los "negritos" europeos o africanos se lo fueran a agradecer. Y siempre con una cámara esperando en el puerto de destino para testificar la hazaña y un cónsul aburrido dispuesto a hacerse la foto con este enorme aventurero altruista.

¡Personajes!

Este vídeo se lo dedico a mi amigo Rafa, que me estará leyendo, gran seguidor de este intrépido aventurero.



Y unas breves palabras del admirado deportista.



lunes, 15 de diciembre de 2008

El tiempo pasa que es una barbaridad

Acabo de hacer un "kit-kat". Me he servido un descafeinado soluble (hemos sustituido las pastillas Nespresso por los sobres solubles de Hacendado) y me he dicho: "voy a parar 8 minutos 8 antes de seguir con el informe de postventa". Y eso estoy haciendo, porque se me ha pasado el día volando, haciendo esto y lo otro, y ahora me voy a tomar un polvorón de canela de La Estepeña de la cajita que nos ha traído esta mañana Angel, nuestro proveedor de material de oficina.

Ya cayó el mantecado y ahora estoy pensando que parece que fue hace unas horas cuando me estaba cortando el pelo, pero no, esto fue el viernes por la tarde, han pasado ya tres días, ¡tres días!. Esto de abrir los domingos es lo "pedor", empalmas una semana con otra y este año, por culpa de la crisis, llevamos ya dos y nos quedan tres, así que yo no sé si mi Manu lo va a soportar o no, porque, en definitiva, es ella la que atiende, yo ayudo en lo que puedo y, cuando puedo, me escaqueo un ratillo, como ayer cuando me mandaron a hacer un "mandao" a El Corte Inglés. Pues ya que estaba allí, eché el ratillo entre dvd's, cd's, libros y leyendo las instrucciones de una tableta gráfica Bamboo para el MAC, como cuando estábamos en el cuartel sirviendo a la patria y siempre que había que cumplir un orden la llevábamos a cabo por el camino más largo.

Vaya, ya se han pasado los 8 minutos, me he tomado el descafeinado y el mantecado de La Estepaña. Vuelvo a mi querida EXCEL, al informe de marras.

Pero antes, no, no voy a poner un video de Beyoncé, voy a poner uno que tenía por ahí en favoritos, de estos anuncios chulos que hacen las eléctricas o las telefónicas con bonitos mensajes gracias a las "perras" que nos quitan de la cuenta. Es del musical Annie y, como no podía ser de otro modo, se llama "Tomorrow".

martes, 9 de diciembre de 2008

Marlango

Había visto algunas películas de Leonor Waitling (en "Hable con ella" está genial, aunque se pasa gran parte de la peli inmóvil), incluso recuerdo una serie en la que destacaba su piel extra-blanca (casi transparente), pero MARLANGO fue un descubrimiento. Me dejé llevar por lo que leí en el País de las Tentaciones sobre el grupo y me fui a El Corte Inglés a comprar su recién estrenado primer CD.

Me gustó de principio a fin y me sorprendió la voz de Leonor y el estilo del grupo. Desde entonces, y por culpa de tener a mi hermana Geli como una de sus más fieles seguidoras, hemos escuchado en innumerables ocasiones sus tres cd's en STRASS, en el coche, en el iPod,..., pese a que mi Manu haya exclamado en muchas ocasiones el "no puedo con ella" refiriéndose a la Waitling. Yo prefiero a la cantante, la actriz pues como que no.

"Hold me tight", una de las que más tiempo lleva en el iPod.



"Este mundo va", con Papito Bosé, el cincuentón.



"Vete", versionando a los Amaya y superando al original.



"My favourite things", versión para la navidad del 2007 de El Corte Ingles.



Y, para mi hermana Geli, la original que tantas veces nos hizo ver cuando era pequeña.




jueves, 4 de diciembre de 2008

Foto (IV)

Han pasado 17 años, 17, que se dice pronto. Esta foto se hizo un 22 de julio de 1991 en Amsterdam, camino de Copenhague y casi no me reconozco (ni a los que están conmigo).

Primero, por los vaqueros "anchitos" que gastaba y después por lo que parece una prominente barriga cuando yo en esa época todavía mantenía la línea recta, por lo que adivino que debajo de la camiseta llevaba una moderna riñonera, pues observando a los demás me imagino que debía estar muy de moda en esos años, como las zapatillas, los tenis-deportivos que llevábamos los cinco.

Desde luego si hay una palabra que defina nuestro estilismo es: matones. Estábamos matones, pero visto diecisite años después, porque supongo que en 1991 era lo normal, lo que había en Galerías Preciados o en El Corte Inglés.

Lo que no es muy normal es el bañador que llevaba Rafa y no lo digo por el estampado, sino porque ahora me pregunto qué hacía en Holanda con traje de baño. Vale que era julio y la temperatura era suave, pero un chandita o un vaquerito quizá hubiera sido más apropiado.

Otro detalle es el de los "jerseles" anudados a la cintura. Menos mal que no les dio por anudarlos al cuello, que entonces más que un Inter-Rail hubiera parecido que habíamos ido a un congreso del PP.

El que iba bien pertrechado era Julio. No sólo llevaba riñonera, también tenía espacio para colgarse del cinturón una más que generosa funda de la cámara de fotos. No se aprecia en la foto, pero quiero recordar que también llevaba un machete, una cantimplora y unas pastillas potabilizadoras. Fuera de coña, lo que si llevaba escondido en ese cinturón de Coronel Tapioca era un puñado de marcos alemanes y no recuerdo si más divisas, por si pasaba algo (y al final pasó).

De Antonio y Mª José poco puedo añadir. Además de ir conjuntados, seguían el estilismo del grupo, aunque los vaqueros eran cortos y los calcetines largos, por encima del tobillo, casi rodilleros, no como los de ahora que apenas sobresalen de las zapatillas. Lo que sí me estoy fijando es en el gesto de Mª José, entre empujándolo y sujetándolo para que no se caiga al canal, como dudando entre si "lo tiro o me lo llevo de vuelta a Badajoz".

Lo que está claro es que en estos diecisiete años hemos experimentado notables cambios físicos y nuestras vidas también han cambiado bastante, pero pese al tiempo transcurrido todavía puedo decir que los cuatro son mis amigos, y de los buenos, de los que guardo muy buenos recuerdos de ese viaje en tren por Europa con poco dinero, mucha ilusión y mucha curiosidad por lo que nos íbamos a encontrar, porque entonces ni existía Google, ni youtube, ni los blogs, ni el euro, todo fue muy improvisado y todo resultó perfecto.

martes, 2 de diciembre de 2008

9 años callado

Tiene 63 años y los últimos 9 los ha pasado con nosotros, en nuestra casa. Es un ser peculiar, de cejas pobladas y barba larga. La cara no refleja su edad, sólo las canas le delatan, pero se conserva muy bien, con su barriguilla de siempre y su poquita mala leche de vez en cuando.

Disfruta comiendo y observando a la gente. Yo creo que mi gusto por el buen comer y el observar se lo debo a él. También me gusta su saber estar, siempre en un segundo plano, sin llamar la atención. No le gusta hablar, es de pocas palabras, me recuerda al hermano de la Pequeña Miss Sunshine o al asceta que hizo la promesa de silencio hasta que Brian cayó sobre él cuando huía de las masas (lo que daría Rouco por verse en una situación similar ahora).

Su estilo vistiendo es sobrio, siempre tonos oscuros, el negro es su color favorito, como Raphael, aunque a veces le puede la vena pija y se marca un "jersele" a rayas de llamativos colores, sin importarle el qué dirán.

Algunas veces me recuerda a mi padre, sentado, con el gesto serio, en silencio, pendiente de todos y hablando con la mirada. Cuando era pequeño, una simple mirada de mi padre bastaba para entenderle, para saber si lo que estaba haciendo era de su agrado o no.

A él le pasa lo mismo. Hace unos días, después de cenar en casa con unos amigos, estaba comentándole algo y mi amigo Piterini, que estaba observando la escena, me dijo: "parece que lo está entendiendo todo". Y tanto que me estaba entendiendo, como entiende cualquiera de mis gestos.

El domingo se sentó en el sofá, a mi lado, y mientras mi Manu y yo veíamos la serie "L", él estaba en silencio observando a las matriuskas que tenemos en el mueble del salón. Quiero recordar que estas muñequitas checas son seis, aunque ahora con el frío muchas veces están sólo las tres mayores, las más hermosas, supongo que las otras, las más menudas, se esconden dentro de las primeras buscando el calorcito.

Pues sí, ahí estaba él mirándolas, como esperando el momento en el que las matriuskas pequeñas se recogen misteriosamente dentro de las grandotas. El viernes, también a mi lado, mientras rebobinábamos el vídeo donde habíamos grabado "Callejeros", observaba sin pestañear a Julián Muñoz en Tele5, cuando, mirando a la cámara, afirmó que no había aceptado comisión alguna por conceder obras en Marbella. Ahí no pudo remediarlo y soltó una especie de quejido, como conteniéndose una sonora carcajada.

Otra cosa que tenemos en común es lo que nos gusta viajar. Le da igual la playa o la montaña, la ciudad o el pequeño pueblo, el apartamento o la casa rural, el caso es salir. Tengo una foto que le hice sin que se diera cuenta, de perfil, en la Plaza del Obradoiro, observando la fachada de la Catedral y la gente que por allí pasaba sin cesar. Además de Santiago, sé que le gustó mucho Combarro, Baiona y, en general, todas las Rías Baixas. Tambien disfrutó mucho en los Caños de Meca, en La Antilla (Huelva), en San José (Almería) y en Portugal, donde se lo pasó pipa en la inmensa playa de Comporta.

Todavía no conoce Madrid, a su edad y no ha estado en la capital, pero cualquier día se apunta a uno de nuestros viajes a IFEMA y me lo veo sentado junto a un ventanal de un Starbucks mirando a la gente pasar mientras se toma su frapuccino caramelo por la pajita verde. O tomándose un par de huevos rotos con papas fritas y jamón en el Fast Good de Juan Bravo. O disfrutando como Audrey Hepburn frente al nuevo Tiffany & Co. de Ortega y Gasset, donde, como dicen los dos, nunca te puede pasar nada malo. O desayunándose unas porras en Fuenlabrada, en casa de mis "cuñaos", de las que hacen en la churrería vecina. O saltando (siempre salta cuando ve una rendija en el suelo) a lo Jack Nicholson en Mejor Imposible, para entrar en el Metro y observar lo que lee o lo que escucha la gente en sus iPods.

Como a mi amigo A. Mata, también disfruta sentado al brasero, es más, se queda dormido al calor del mismo, como Antonio. Pero a él le gusta pasar la tarde con mi madre y hacerse compañía mútua. Me los imagino a los dos, sentados en la mesa camilla, con el braserito, el cafelito, la magdalena y escuchando a mi madre, que en los últimos tiempos ha desarrollado una capacidad de oratoria a la altura de la del Comandante Fidel.

¡Ay! Esa magdalena de la Bella Easo que le encantaba hace unos años, recién llegado a mi casa, y que tanta gracia le hacía a mi amigo Rafa cuando le contaba que también le gustaba pellizcar la parte superior de la magdalena, como le gusta hacer a él, según nos contó su hermana Rocío, antes de dejar de ser persona y entregarse a la siesta.

Pues sí, este es Yako, parte de nuestra familia, un schnauzer miniatura de nueve añitos, que la primera noche dormió dentro de mi "zapatilla de estar por casa" y ahora duerme a pata suelta sobre un mullido colchón, arropado por su mantita polar y abrazado a su osito de Ikea, de la misma edad que él, aunque ya sordo (ha ido perdiendo las orejas estos años) y manco de un brazo (una mañana amaneció sin el relleno del mismo).

Aunque ya lo había nombrado en el blog y por ahí debe haber alguna foto suya, lo menos que podía hacer es dedicarle este post por el tiempo que hemos pasado juntos, por los buenos momentos, por su compañía, por su carácter schusteriano, por habernos mordido a todos alguna vez (a Manu, a Geli, a mis tres sobrinos, a mí, a una sobrina lejana que vino de Francia,...) y por estar ahí siempre.




El viento a favor

Con la que está cayendo, si no se venden coches, si no se venden PC's, si no se vende publicidad para el periódico, si no se venden bolsos, si nadie compra nada (ni el software libre) , dicen que hasta los médicos golosones están cansados de los regalos y atenciones de los Visitadores,..., mejor continuar aguantando como sea y seguir el consejo de mi tocayo Bunbury: "si ya no puede ir peor, haz un último esfuerzo y espera que sople el viento a favor,..." y aguantaros esta temporada con la ropa que ya tenéis, aunque sea de la época de Camilo Sexto, como hace él.


Pues eso, hay que aguantar, que en enero seremos menos (si llegamos), porque si tenemos que esperar las ideas de los gurús de El Partido (Pepín Blanco, Leire Pajín, Bibiana Aído, Zerolo, Almudena Grandes,...) o la ayuda de los "Peperos" y de los "pobres" banqueros, ¡que Dios nos coja confesados!

Y hablando de confesar, como diría Trillo, ¡Viva Honduras!, diiigggo, ¡manda huevos!, la gente haciendo colas ante los contenedores de basura de los Supermercados y ante los comedores de Cáritas, y Rouco y compañía gastándose "las perras" de los contribuyentes fieles y no fieles en publicidad, con curas-modelos, para que pongamos la X en la casilla de la Iglesia.

Está claro que para algunos da igual el presente, lo importante es preparar el futuro: los bancos, publicitando Planes de Pensiones; la Iglesia, la vida eterna, aunque ahora se mueran de hambre los "negritos "de Africa y más de un "negrito" de aquí. ¿Y si se descubre que no hay nada después de la muerte? Menudo papelón, amigo Rouco, aunque, ¡que os quiten lo bailao!.

Mientras, Pepiño Blanco y Llamazares (todavía existe IU, aunque no lo parezca) preocupados por los aviones que iban a Guantánamo, como si yo no durmiera desde que me enteré de la noticia.

Bueno, voy a poner un villancico que me anime a mí y al consumo, pero no esos de guitarra, falda tobillera y coro de niños, de la "Bellonsí" y cía.