"El Real Madrid goleó anoche, por 6-1, al Anderlecht, belga, en partido de vuelta de los octavos de final de la Copa de la UEFA, y se clasificó para la siguiente ronda de la competición. El conjunto madridista, único representante español en los torneos europeos de clubes de fútbol, hizo una auténtica exhibición de juego y remontó el 0-3 desfavorable del encuentro de ida. El equipo belga incurrió en un exceso de confianza y no marcó de cerca a los jugadores madridistas, por lo que éstos pudieron practicar un fútbol brillante, algo nada habitual en estos tiempos. El Madrid llegó al descanso con 4-1, un resultado que clasificaba al Anderlecht por el valor doble de los goles en campo ajeno. Pero a los cuatro minutos de la segunda parte ya había establecido el 6-1 definitivo. Butragueño, que aparece en la imagen, fue la estrella de un conjunto que devolvió a los aficionados el gran espectáculo futbolístico. El Buitre marcó tres goles y dio dos más a Valdano. El primer tanto de la noche lo consiguió Sanchis".
Esto ocurría un 12 de diciembre de 1984. Yo, como la mayoría de los españoles, lo "vimos" por la radio, ya que Televisión Española no lo emitió en directo. Sólo 80.000 personas pudieron asistir esa noche al nacimiento del MIEDO ESCENICO y a la consagración de Emilio BUTRAGUEÑO (hace unos meses compramos algo que no recuerdo en la Perfumería Butragueño que todavía existe en la calle Montera de madrid).
Además, si eras de provincias, o te espabilabas o te quedabas sin ver las fotos, sin leer la crónica o sin poder guardar un pequeño recorte, tan importante en aquellos tiempos en los que todavía desconocíamos lo que era un fichero ".pdf". El Marca y el AS se agotaban a primera hora de la mañana,así que ese día, de camino a los Maristas, fui preguntando en todos los kioskos si habían llegado, pero no tuve suerte.
Así que, en la hora del recreo, como todavía no dejaban salir del colegio, le pedí a Jesús, mi entonces profesor de literatura y que solía comprar El País, que me hiciera el favor de comprar el Marca o el AS, me daba igual, yo quería revivir lo que la noche antes había disfrutado gracias a la radio.
Tampoco hubo suerte. Me dijo que se había agotado, que quedaban el resto de periódicos generalistas: ABC, Diario 16, El País,..., así que regresé a casa sin mi ansiado ejemplar.
Recuerdo que era por la tarde, después de las seis, y salí de casa a quemar el último cartucho: un pequeño kiosko que regentaba una señora con bigote frente a uno de los parques que había cerca de mi casa. Estaba claro que no era mi día. ¿O sí? El caso es que sólo le quedaba El País, así que regresé a casa con un periódico que jamás había abierto en mis entonces quince años de vida.
Han pasado casi 24 años y puede que todavía aparezca en alguna caja o en alguna carpeta la pequeña columna que informaba sobre lo ocurrido esa noche mágica en el Bernabéu. Pero lo que todavía no ha desaparecido es esa costumbre de salir a comprar El País todos los sábados y domingos, el mes de vacaciones y en los viajes que hago al año, sobre todo cuando estoy en Madrid, cuya edición es más amplia y actualizada que la edición nacional que nos llega a los que somos de provincias.
Y si alguna vez no lo consigo, como me pasó recientemente en Andújar, en la boda de Pakino, lo primero que hice cuando me bajé del coche a regresar a Badajoz fue sacar mis 2,20 eurillos y comprarme El País en el locutorio, antes de recoger a Yako.
Para otro relato dejaré mis manías de empezar por el final, de leer los miércoles y domingos a Elvira Lindo, de buscar a J.J. Millás, de aquellos artículos de Santiago Segurola, de viajar con la imaginación todos los sábados con El Viajero, del los descubrimientos con aquel genial suplemento de los viernes de El País de las Tentaciones o de mis primeras lecturas sobre economía, empresas e ideas de negocios cuando estaba en la facultad gracias a las páginas salmón de los domingos.
Ah! Ahora mi amigo Antonio dirá, por enésima vez, ¿por qué compro un periódico de izquierdas cuando aparentemente tiro hacia la derecha?. Pues, simplemente, porque me gusta, como me sigue gustando leer las esquelas del ABC o ver las fotos de los "enlaces" de la Alta Suciedad cuando pillo un HOLA en la peluquería. ¡Uno que es así!
Esto ocurría un 12 de diciembre de 1984. Yo, como la mayoría de los españoles, lo "vimos" por la radio, ya que Televisión Española no lo emitió en directo. Sólo 80.000 personas pudieron asistir esa noche al nacimiento del MIEDO ESCENICO y a la consagración de Emilio BUTRAGUEÑO (hace unos meses compramos algo que no recuerdo en la Perfumería Butragueño que todavía existe en la calle Montera de madrid).
Además, si eras de provincias, o te espabilabas o te quedabas sin ver las fotos, sin leer la crónica o sin poder guardar un pequeño recorte, tan importante en aquellos tiempos en los que todavía desconocíamos lo que era un fichero ".pdf". El Marca y el AS se agotaban a primera hora de la mañana,así que ese día, de camino a los Maristas, fui preguntando en todos los kioskos si habían llegado, pero no tuve suerte.
Así que, en la hora del recreo, como todavía no dejaban salir del colegio, le pedí a Jesús, mi entonces profesor de literatura y que solía comprar El País, que me hiciera el favor de comprar el Marca o el AS, me daba igual, yo quería revivir lo que la noche antes había disfrutado gracias a la radio.
Tampoco hubo suerte. Me dijo que se había agotado, que quedaban el resto de periódicos generalistas: ABC, Diario 16, El País,..., así que regresé a casa sin mi ansiado ejemplar.
Recuerdo que era por la tarde, después de las seis, y salí de casa a quemar el último cartucho: un pequeño kiosko que regentaba una señora con bigote frente a uno de los parques que había cerca de mi casa. Estaba claro que no era mi día. ¿O sí? El caso es que sólo le quedaba El País, así que regresé a casa con un periódico que jamás había abierto en mis entonces quince años de vida.
Han pasado casi 24 años y puede que todavía aparezca en alguna caja o en alguna carpeta la pequeña columna que informaba sobre lo ocurrido esa noche mágica en el Bernabéu. Pero lo que todavía no ha desaparecido es esa costumbre de salir a comprar El País todos los sábados y domingos, el mes de vacaciones y en los viajes que hago al año, sobre todo cuando estoy en Madrid, cuya edición es más amplia y actualizada que la edición nacional que nos llega a los que somos de provincias.
Y si alguna vez no lo consigo, como me pasó recientemente en Andújar, en la boda de Pakino, lo primero que hice cuando me bajé del coche a regresar a Badajoz fue sacar mis 2,20 eurillos y comprarme El País en el locutorio, antes de recoger a Yako.
Para otro relato dejaré mis manías de empezar por el final, de leer los miércoles y domingos a Elvira Lindo, de buscar a J.J. Millás, de aquellos artículos de Santiago Segurola, de viajar con la imaginación todos los sábados con El Viajero, del los descubrimientos con aquel genial suplemento de los viernes de El País de las Tentaciones o de mis primeras lecturas sobre economía, empresas e ideas de negocios cuando estaba en la facultad gracias a las páginas salmón de los domingos.
Ah! Ahora mi amigo Antonio dirá, por enésima vez, ¿por qué compro un periódico de izquierdas cuando aparentemente tiro hacia la derecha?. Pues, simplemente, porque me gusta, como me sigue gustando leer las esquelas del ABC o ver las fotos de los "enlaces" de la Alta Suciedad cuando pillo un HOLA en la peluquería. ¡Uno que es así!
1 comentario:
Pues esto no es mas que doble moral, o sea, vivir una vida llena de mentiras, la vida que nos ha tocado vivir. Que miedo os da a alguno reivindicar que sois de izquierdas cuando todo lo que os rodea es la derecha.
Esto es como lo de los maricones con miedo a salir de dentro y hacerse homosexuales.
Y ya sabes lo que dice Yoda "El miedo es el camino mas corto al lado oscuro de la fuerza".
Tu mismo.
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