Recibo cada día decenas de correos electrónicos no deseados. Así se denominan. Yo preferiría llamarlos correos electrónicos indeseables, pero el porqué del nombre de las cosas constituye un misterio. Estos mensajes, en su mayoría, tienen dos características: vienen en inglés y ofrecen pastillas. ¿Qué clase de inglés? Malo. ¿Qué clase de pastillas? Viagra, Valium, Propecia, Cialis, Soma y Ambien, por este orden. La Viagra y el Valium sabemos para qué sirven. La Propecia, como su nombre indica, es para que te salga el pelo. El Cialis, para tener erecciones como Dios manda. Del Soma no he logrado averiguar nada. En algunas culturas se llama así al elixir de la inmortalidad, de ahí que los dioses necesiten tomarlo todos los días con el desayuno, a veces también con la cena, depende de lo inmortal que quieras ser. El Soma es también un sindicato minero, pero no creo que guarde ninguna relación con el Soma del anuncio. En cuanto al Ambien, se trata de un somnífero. El prospecto te garantiza siete u ocho horas de sueño seguidas. Un chollo. Nadie duerme esas cantidades en la actualidad.
Por lo general, al lado de nombre de cada pastilla, viene un dibujo de la misma. La Viagra parece un platillo volante. El Valium es redondo. La Propecia es hexagonal. El Cialis tiene forma de mejillón y así sucesivamente. También sus colores son distintos. Lo cierto es que da gusto verlas. Tienen algo de pócima milagrosa. De hecho, prometen milagros. Pero lo más llamativo es que viendo esta publicidad da la impresión de que el ser humano, para ser feliz, sólo necesita una erección, una buena mata de pelo y una siesta de ocho horas seguidas. Hay otras cosas en la vida, de acuerdo, pero los vendedores de Internet dan por supuesto que no faltan. O que, si faltan, podemos suplir su carencia con lo que ellos nos ofrecen. A mí todo esto me deja un poco perplejo, como el método de El inglés en mil palabras. O sea, la felicidad en seis pastillas. Tienes que usarlas con cierto orden, porque si tomas un Ambien para dormir, al mismo tiempo que un Cialis para la erección se te puede caer el pelo, lo que te obligaría a aumentar la dosis de Propecia. Todo esto en un inglés muy básico, ya digo. Personalmente, prefiero quedarme como estoy.
Juan José Millás
Por lo general, al lado de nombre de cada pastilla, viene un dibujo de la misma. La Viagra parece un platillo volante. El Valium es redondo. La Propecia es hexagonal. El Cialis tiene forma de mejillón y así sucesivamente. También sus colores son distintos. Lo cierto es que da gusto verlas. Tienen algo de pócima milagrosa. De hecho, prometen milagros. Pero lo más llamativo es que viendo esta publicidad da la impresión de que el ser humano, para ser feliz, sólo necesita una erección, una buena mata de pelo y una siesta de ocho horas seguidas. Hay otras cosas en la vida, de acuerdo, pero los vendedores de Internet dan por supuesto que no faltan. O que, si faltan, podemos suplir su carencia con lo que ellos nos ofrecen. A mí todo esto me deja un poco perplejo, como el método de El inglés en mil palabras. O sea, la felicidad en seis pastillas. Tienes que usarlas con cierto orden, porque si tomas un Ambien para dormir, al mismo tiempo que un Cialis para la erección se te puede caer el pelo, lo que te obligaría a aumentar la dosis de Propecia. Todo esto en un inglés muy básico, ya digo. Personalmente, prefiero quedarme como estoy.
Juan José Millás
1 comentario:
interesante curso. Realmente es muy efectivo y brinda los conocimientos necesarios como para viajar al extranjero y hacerte entender sin ningún problema.
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