miércoles, 25 de febrero de 2009

Real Madrid-Liverpool

Vaya, después de ver el partido se te queda una cara de tonto, de impotencia por lo visto y un sabor agridulce que debería ser amargo por la derrota, pues, ¿qué tengo yo que ver con el Liverpool? Me cae bien, pero el Madrid es el Madrid, es mi Madrid.

Recuerdo otra derrota con idéntico resultado. Entonces jugaban Santillana, Juanito, los Garcias,..., y fue en la final de la Copa de Europa, después de muchos años. Fue doloroso.

Ahora nos queda el partido de vuelta en Anfield Road (o sea, el estadio de la calle Anfield), 90 minutos en los que el Madrid puede ser el Madrid y ganar, siempre y cuando el Liverpool no sea el Liverpool y no controle el partido como ha controlado éste.

No sé, pero creo que ganamos y pasamos a la siguiente ronda.

Mi Manu dice que huelo a choto, normal, es lo que tiene ver los partidos en un bar lleno de chotos mirando una pantalla.

Mañana, si tengo ganas, hablaremos de Mallorca y de los mallorquines, pero ahora no me apetece, me voy a la cama, que estoy de vacaciones. 

miércoles, 18 de febrero de 2009

Vuelve "Muchachada Nuí" (¡Nuí!)

Hoy vuelve Muchachada Nuí, con sus "Celebrities", es decir, sus personajes famosos que hablan con acento de Albacete y con palabros de la zona.







martes, 17 de febrero de 2009

"Maricón de Montaña"

Siempre me ha llamado la atención la libertad con que se traducen los títulos de las películas extranjeras al español. En el caso de los telefilmes, sobre todo los de A3 después del telediario, llegan a la categoría de arte, porque hay que tener arte y guasa para titular de esa manera estas infumables películas que ayudan a dar una buena cabezada después de comer.

Títulos como El Secreto del Sótano, Acoso a la Intimidad, Mentira en el Espejo o Una Mujer Acorralada son buenos ejemplos de esta forma de renombrar haciendo alusión a la temática del telefilm.

En referencia a esto, hay que recordar a un Paco León sublime cuando, haciendo de Raquel Revuelta en Homozapping, dijo: "el próximo jueves veremos en Estrenos de Cartelera la película Brukonen Mountain, que significa Maricón de Montaña".



Los siento, sé que no es políticamente correcto hacer bromas sobra esta temática, pero hay que reconocer que "está sembrao". Yo, por lo menos, cada vez que le veo pronunciar la frase no puedo menos que soltar una carcajada.

Vi la película "Brokeback Mountain" el pasado domingo y, aunque no tenía mucho interés en ella, he de reconocer que me gustó, más que la película en sí, por lo bien que consigue el director tratar una temática tan delicada como la relación que mantienen dos vaqueros, algo impensable hace unos años y que ahora podemos ver con casi total naturalidad.

Recordaba una frase de Elvira Lindo que decía que los homosexuales de derechas parece que están obligados a llevarlo en silencio, sin llamar la atención, todo lo contrario que los "zerolos" de izquierdas, que lo proclaman a los cuatro vientos y alardean de pluma, como si al resto de los mortales nos importara algo.

En el caso de los vaqueros, está claro que o eran dos pijos guapos de derechas o no era el momento y el sitio más adecuado para dar rienda suelta a sus sentimientos.

jueves, 12 de febrero de 2009

El síndrome del superviviente

¡Quién me lo iba a decir, a mis años y con otro síndrome!.

Primero, que si me vino la crisis de los 40 con unos meses de antelación, crisis ya superada totalmente, todo sea dicho, a pesar de algún comentario malicioso de algún lector, y todo por intentar hacer algo de deporte, por bromear con el tema Beyoncé (léase, beyonsí) o por decir que me gustaría cambiar el coche por un deportivo italiano, practicar algún deporte de riesgo, hacer Interrail de nuevo (o el Camino de Santiago), cambiar mi imagen o hacerme más chequeos médicos, aunque yo me siga viendo hecho un chaval (*).

Después, que si el aterrizaje suave de la economía resultó ser un aterrizaje forzoso al modo del que el comandante "Sully" hizo hace unos días sobre río Hudson. Nos ha pillado y bien, pero ese es otro tema.

Y ahora me entero que me ronda el Síndrome del Superviviente. Y esto, ¿qué es lo que es? Pues se supone que yo soy, por ahora, un superviviente, uno de tantos que en la actualidad ve como sus compañeros cercanos pierden el empleo.

Según los psicólogos (que también piensan), después de una primera fase de agobio por las bajas laborales que le rodean, el superviviente se siente afortunado por mantener su puesto de trabajo, pero es probable que después caiga sin remedio en el Síndrome del Superviviente, "oseasé", el miedo al ser el siguiente en desfilar, y que se caracteriza por:
  1. Angustia por trabajo adicional.
  2. Sentimiento de culpa por el despido de otros trabajadores.
  3. Disminución de la moral y desmotivación.
  4. Desconfianza ante al dirección de empresa.
  5. Escepticismo ante el futuro.
  6. Reducción de la productividad.
Y advierten que esto es un bucle, pues si cae la productividad, caen las ventas y aumentan de nuevo los despidos.

Vamos, que si no teníamos suficiente con cumplir los cuarenta en medio de la crisis económica-financiera (por culpa de los americanos, según Zapatitos y Pepiño White), ahora podemos caer en este bucle cuyo destino es el despido o la desaparición de la empresa.

No sé si alguno de los que me rodean sufrirán este síndrome, creo que no, porque, entre otras cosas, se nos ve más activos y menos preocupados por las tonterías por las que antes nos quejábamos. Lo que está claro es que es hora de mirar más por la empresa, ser más optimistas y procurar trabajar mejor, y no es hora de coger bajas injustificadas o de plantearse cambios de empresas, porque, visto lo visto, el último en llegar siempre es el más barato a la hora de despedir.

(*) Tómese con ironía el comentario del deportivo, el del cambio de imagen, el de practicar deportes de riesgo y el del Interrail, es coña del autor, que luego vienen los comentarios maliciosos. Eso sí, el Camino de Santiago y el concierto de Bruce Springsteen el 28 de julio en Sevilla son objetivos para este año. Lo de verme hecho un chaval, no es que lo diga yo, es que no hay más que verme. :-)

martes, 10 de febrero de 2009

My tribute al amigo informático.

Sirva este vídeo como pequeño homenaje a los amigos informáticos que siempre están ahí para reinstalarte el Windows o piratearte el Plus, aunque desde hace más de 3 años, con el MAC, no he vuelto a disfrutar de la experiencia de ver al amigo informático cargado de cd's, llegando a casa para reiniciar el PC (control+alt+supr) y exclamar: "esto hay que formatearlo, ¿tienes copia de seguridad?".

También sirva de homenaje a mi hermano Moke y a tantos y tantos hermanos que tuvieron el atrevimiento de hacer público su habilidad a la hora de manejar estos cacharros.


viernes, 6 de febrero de 2009

De El Día de la Marmorta a Revolutionary Road

El lunes 2 de febrero, como todos deberíamos saber, fue el Día de la Marmota. ¿Y qué predijo este año la marmota Phil? Por lo visto no se vio la sombra al salir, lo que se traduce en 6 semanas más de crudo invierno y, visto lo visto, parece que esta vez acertará no sólo en Punxsutawney (Pensilvania), sino también en España, porque vaya invierno frío y largo que llevamos.

Me imagino que nuestra querida ministra Magdalena Álvarez habrá leído la noticia y habrá avisado a los equipos de emergencia para que estén alerta y, sobre todo, el próximo 21 de febrero, no sea que al final pasemos el puente de Carnavales en la T4.

El jueves 5 de febrero, ayer, regresamos al cine. Hacía tiempo que no íbamos y ya apetecía ver una "peli" en pantalla grande: "Revolutionary Road", de Sam Mendes ("American Beauty"), con Leonardo Di Caprio y Kate Winslet.

Pues no sé si fue el kebab, la Coca-Cola o el desarrollo de la película, el caso es que hacía tiempo que no me quedaba con esa sensación agridulce, entre buena y mala, no sé, una sensación distinta a la habitual.

La película creo que me gustó y digo creo por la sensación que me dejó. El macho de la pareja que estaba sentada detrás de nosotros, al aparecer los títulos de crédito, maldijo en voz alta a los críticos y juró en hebreo que nunca mais se hará caso de ellos, por lo que deduje que a él no le gustó nada.

Definitivamente creo que a mí sí me gustó, lo que ocurre es que quizá no sea el mejor momento para ver una película con esa temática, tratada de forma tan cruda, con unas interpretaciones muy buenas tanto de Di Caprio (a veces con cara de niño de bueno, a veces con cara de marido fuera de sí) como de la Winslet, con mayor presencia que su pareja. Reconozco que tengo cierta debilidad por ambos. Ella me gustó mucho con Jim Carrey en "Olvídate de mí", donde Carrey no hace de Carrey.

Me gustó la intervención del hijo de los vecinos, de visita al salir del psiquiátrico y que demostró ser el más cuerdo de todos y el "pepito grillo" de la pareja.

También me encantó la ambientación, el vestuario y algunas imágenes, como cuando Di Caprio coge el "cercanías" para ir al trabajo, la salida en tropel de todos los maridos enchaquetados, los pantalones a lo julianmuños y las corbatas estrechas de nudos minúsculos. Y la escena en la playa, con esos "meybas" años 50 y esos trajes de baño tan poco favorecedores y con tanta tela.

En definitiva, que el quiera que la vea, aunque a más de un cuarentón le hará reflexionar más de una vez sobre aquellos sueños y aquellas aspiraciones que tenía cuando acababa de comenzar en la Universidad y disfrutaba de unas vacaciones de maestro y vivía como un cura en casa de sus padres.

Y como me dijo mi querida esposa ayer, a las 2:00 de la madrugada cuando la desperté porque recordé que el lunes fue el día de la marmota: "a la marmota, si la veo yo, la despellejo". Pues eso.








domingo, 1 de febrero de 2009

7 vasos de agua y un profesor de autoescuela

Hace unos días nos reíamos con la viñeta de Forges en la que un joven, con la nariz enrojecida por el frío, los lomos al aire y abrigado únicamente con un suéter y un pañuelo palestino, exclamaba: "paso ya de marcar tendencias. Ahora mismo me voy a casa a ponerme el abrigo".

El pasado jueves, mientras esperábamos nuestra ración de 6 mini bocatas con papas fritas, presenciamos algo que nos llamó la atención. Justo a mi espalda estaban sentadas un grupo de chicas, jovencitas y pijitas, siete contó mi Manu, vestidas de lo más cool, en animada conversación en torno a una mesa sobre la que tenían 7 vasos de Coca Cola, de esos de cristal tallado más estrechos por la parte inferior.

¿Que qué contenían esos vasos? ¿Coca Cola? Pues no, agua, agua de grifo, como la que le gusta a mi amigo Antonio. Cada pocos minutos de acercaban una a una a la barra, entregaban su pedido y regresaban con su vaso de Coca Cola lleno de agua de grifo.

El camarero, al grito de "chica", llamaba su atención y ellas de nuevo se acercaban y regresaban con su tabla pequeña con uno o dos montaditos, las papas fritas y su vasito de agua de grifo. Y así varias veces se repitió la misma escena en el tiempo que estuvimos allí.

No creo equivocarme si afirmo que el montante del ticket de las siete bellas damiselas debió ser inferior al nuestro y no porque nosotros seamos unos glotones y nos jinquemos los 100 Montaditos de una sentada, más bien porque dudo mucho que a ellas les cobraran los litros de agua que tomaron. Eso sí, si cobrasen por tiempo o por papas fritas nos hubieran ganado de largo.

¿Y qué tienen que ver los vasos de agua con el profesor de autoescuela? Pues nada, era una forma de unir dos temas en un solo post.

¿Hay algo más incómodo que ir conduciendo mientras tu pareja ejerce de Luis Moya? Pues algo parecido le ocurrió a nuestra amiga Isabel ayer mientras regresábamos de cenar en casa de los amigos Paqui y Javi Cermeño.

Ella no había bebido, así que era la encargada de traernos a Badajoz. Pero "ete aquí" que su Luis Moya se había bebido hasta el agua de los floreros y ¡claro! todo el trayecto que si no adelantes aquí, que si ese es un punto negro, que si ahí se pone la guardia civil, que si llevas las luces altas,..., y todo el tiempo frenando, eso sí, pisando la alfombrilla, porque al no ser un coche de autoescuela no disponía de pedal de freno para el copiloto.

Como sé que él lee este blog y en la última semana hemos intercambiado ideas de negocio tan geniales como la tienda de jabones al corte, el restaurante de sopa de sobre o el apple center en el local del ya cerrado Bang&Olufsen, sólo quiero decirle que ni se le ocurra dejar la informática por la enseñanza en la autoescuela o para montar un bar de tapas para niñas pijas.