Llego a casa a las 5:00 de la mañana y no sé si acostarme o quedarme levantado hasta las 8:30 que empieza el España-USA de baloncesto. Se me ha puesto mala leche, lo reconozco, y me recuerda a la misma mala leche que se me ponía cuando "serví" a la patria entregando nueve meses de mi vida y me tocaba hacer guardia de madrugada, la tercera imaginaria, que significaba levantarse a las 3:00 y vigilar el sueño de mis compañeros hasta las 5:00 h. Luego te acostabas y dos horas más tarde, cuando estabas en lo mejor, tocaban "diana" y, ¡ala! todo el mundo en pie.
Eso sí, recuerdo que era el mejor momento para ir al servicio con toda la tranquilidad del mundo, acompañado por el "arma reglamentaria" y con el discman (entonces no había iPods), que uno era muy profesional. No quiero ni pensar la situación si en ese momento nos hubiese atacado el enemigo.
Dejaremos la mili para otro momento, porque de lo que quería hablar es de lo bien que lo pasé viendo el partido de basket de ayer. Pau, Rudy, Ricky, Jiménez, Felipe Reyes, Raúl,..., la única pena es que estuviese lesionado nuestro extremeño Calderón. Por un momento pensé que podíamos ganar a los engreídos americanos, pero hay que recocer que ellos también sabían meterla. Y no es la primera vez que disfruto tanto viendo un partido de esta gente, porque ya nos han dado bastantes alegrías en los últimos años y el de ayer fue un partidazo.
Pero también es momento de reconocer lo bien que me lo estoy pasando este año con Rafa Nadal. París, Londres, Pekín, ¡vaya partidos! Otro, que pese a ser número 1 del mundo, no se ha cansado de repetir lo bien que se lo ha pasado con el resto de deportistas en la villa olímpica y representando a su país.
¿Y Gemma? Sí, la Mengual y el resto de chicas de la sincronizada. Reconozco que nunca me había parado a ver a estas chicas, pero el sábado, cuando vi lo que hicieron en la piscina, me quedé alucinado. Ver cómo se movían en el agua, al ritmo de la música, ahora levanto una pierna, ahora tiramos por los aires a una compañera, ahora..., y ¡sin hacer pie!, para uno que le tiene bastante respeto al agua, me pareció increíblemente bello (esto último, léase con acento Boris).
Pero también he disfrutado con las chicas de tenis, Ruano y Medina, en los dos partidos previos a enfrentarse a las culonas hermanas Williams; con la carrera de Llaneras (reconozco que no tenía ni idea de cómo se corría en ese tipo de pruebas); y con la final de baloncesto femenino entre USA y Australia. Ganaron las americanas y me impresionó cómo jugaron, cómo se movían y como ha cambiado el modelo de jugadora. Antes, la que era "tocha" era como una "Tachenca" de la época, es decir, pesada, con movimientos lentos y femenina como una lanzadora de peso de la antigua RDA. Ahora, para nada aparentan la altura y la envergadura (con perdón) que tienen, pues se mueven a una velocidad que ya nos gustaría a más de uno y tiran mejor que yo en sueños. Ah! Y, de nuevo, como diría Boris, increíblemente bellas, como Candace Parker, la número 15, la niña bonita.
En fin, que ya han terminado los Juegos y ahora a esperar que dentro de ocho años podamos verlos en Madrid. Yo me apuntaré como voluntario, a ver si tengo suerte y me eligen como a esos 80.000 chinos, del millón de voluntarios, que han utilizado para ir llenando los pabellones y estadios ante la falta de público, aunque me toque tener que animar a los de Zimbawe o a los de las Islas Fidji.
Eso sí, recuerdo que era el mejor momento para ir al servicio con toda la tranquilidad del mundo, acompañado por el "arma reglamentaria" y con el discman (entonces no había iPods), que uno era muy profesional. No quiero ni pensar la situación si en ese momento nos hubiese atacado el enemigo.
Dejaremos la mili para otro momento, porque de lo que quería hablar es de lo bien que lo pasé viendo el partido de basket de ayer. Pau, Rudy, Ricky, Jiménez, Felipe Reyes, Raúl,..., la única pena es que estuviese lesionado nuestro extremeño Calderón. Por un momento pensé que podíamos ganar a los engreídos americanos, pero hay que recocer que ellos también sabían meterla. Y no es la primera vez que disfruto tanto viendo un partido de esta gente, porque ya nos han dado bastantes alegrías en los últimos años y el de ayer fue un partidazo.
Pero también es momento de reconocer lo bien que me lo estoy pasando este año con Rafa Nadal. París, Londres, Pekín, ¡vaya partidos! Otro, que pese a ser número 1 del mundo, no se ha cansado de repetir lo bien que se lo ha pasado con el resto de deportistas en la villa olímpica y representando a su país.
¿Y Gemma? Sí, la Mengual y el resto de chicas de la sincronizada. Reconozco que nunca me había parado a ver a estas chicas, pero el sábado, cuando vi lo que hicieron en la piscina, me quedé alucinado. Ver cómo se movían en el agua, al ritmo de la música, ahora levanto una pierna, ahora tiramos por los aires a una compañera, ahora..., y ¡sin hacer pie!, para uno que le tiene bastante respeto al agua, me pareció increíblemente bello (esto último, léase con acento Boris).
Pero también he disfrutado con las chicas de tenis, Ruano y Medina, en los dos partidos previos a enfrentarse a las culonas hermanas Williams; con la carrera de Llaneras (reconozco que no tenía ni idea de cómo se corría en ese tipo de pruebas); y con la final de baloncesto femenino entre USA y Australia. Ganaron las americanas y me impresionó cómo jugaron, cómo se movían y como ha cambiado el modelo de jugadora. Antes, la que era "tocha" era como una "Tachenca" de la época, es decir, pesada, con movimientos lentos y femenina como una lanzadora de peso de la antigua RDA. Ahora, para nada aparentan la altura y la envergadura (con perdón) que tienen, pues se mueven a una velocidad que ya nos gustaría a más de uno y tiran mejor que yo en sueños. Ah! Y, de nuevo, como diría Boris, increíblemente bellas, como Candace Parker, la número 15, la niña bonita.
En fin, que ya han terminado los Juegos y ahora a esperar que dentro de ocho años podamos verlos en Madrid. Yo me apuntaré como voluntario, a ver si tengo suerte y me eligen como a esos 80.000 chinos, del millón de voluntarios, que han utilizado para ir llenando los pabellones y estadios ante la falta de público, aunque me toque tener que animar a los de Zimbawe o a los de las Islas Fidji.
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